El planeta entero todavía continúa conmocionado por la muerte de uno de los iconos mundiales indiscutibles desde los años 80. Y especialmente, Argentina. Todo el país llora la muerte de su ídolo, un Diego Armando Maradona que perdía la vida a los 60 años después de sufrir un ataque cardiaco. Luto nacional, homenajes por todos los rincones, recordatorios en forma de vídeos, fotografías y presencia masiva de sus compatriotas para dedicarle un último adiós.
El velatorio por el Pelusa se llevará a cabo en la Casa Rosada, sede del gobierno argentino, donde se espera una presencia multitudinaria y una despedida popular que ya se especula que llegará al millón de personas durante las 48 horas que esté allí el cuerpo del Dios del fútbol. El presidente Alberto Fernández le hizo este ofrecimiento a la familia para conmemorar el día que desde los balcones del emblemático edificio, Maradona salió con la Copa del Mundo ganada el año 1986.
El cuerpo de Maradona llegó a la Casa Rosada poco antes de la una de la madrugada, hora argentina. Las primeras al llegar al velatorio fueron su exmujer, Claudia Villafañe, con las dos hijas que tuvo con él, Dalma y Gianinna, para ultimar detalles. También se presentó Verónica Ojeda con el hijo que reconoció años más tarde el jugador, Dieguito Fernando... Y un poco después lo hacía Rocío Oliva, la pareja actual de Maradona.
Pero cuando Oliva llegó a la Casa Rosada, se han vivido momentos de mucha tensión, según informan medios argentinos. ¿Por qué? Porque la familia le prohibió el ingreso: "No me dejaron entrar. Me dicen que vuelva a las 7 como el resto. No piensan ni un minuto en él". Según explica, la han obligado a ponerse a la larga fila, como los millares de argentinos que ya se han desplazado a la zona, y que espere su turno para entrar: "Toda la maldad que hacen se paga", ha dicho entre lágrimas. Faltaban pocos minutos para las cinco de la madrugada, cuando se ha visto obligada a quedarse en la explanada de la Casa Rosada. Cuando los periodistas le han preguntado si había hablado con la exmujer de Maradona, ella ha respondido afirmativamente, con la voz rota, y dando a entender que la cruel decisión no había sido de Villafañe.
“El 30 de octubre cuando lo vi, no lo vi bien, y me puse a disposición. Él no tenía que estar en su casa, tenía que estar internado. Me duele, como le duele a todo el mundo, como a todos los argentinos, porque él era joven, bueno, y no se merecía irse así, solo”.