La Eurocopa no ha hecho más que empezar, pero ya nos ha dejado una imagen imborrable. No, no es ningún gol, ni ninguna jugada increíble. Tampoco ha habido resultados para enmarcar ni sorpresas destacadas. Hablamos de otra cosa, que de hecho no es estrictamente el juego del balompié. Más bien sería hablar de una guarrada. Algo tiene el campeonato de Europa de selecciones que atrae a los marranos, con perdón. Durante la Eurocopa de Francia en 21016, nos quedamos pasmados con el seleccionador de Alemania, Joachim Löw, que introducía su mano dentro de los pantalones para comprobar la calidad, potencia y otras características de su aroma íntimo. Por delante y por detrás, cubrió los dos flancos. Un asco. 8 años después, ahora en Alemania, otro entrenador presenta su candidatura: el de Holanda. En Catalunya nos toca de cerca.
Los Países Bajos se estrenaron hace unas horas con victoria por 2 goles a 1 contra la Polonia de Robert Lewandoski. El equipo Orange lo entrena un mito azulgrana como Ronald Koeman, quien nos dio la primera Copa de Europa en el año 1992. Ronald llegó a ser recientemente entrenador del club, aunque su experiencia no fuera demasiado satisfactoria. Le tocó vivir los años más convulsos y difíciles. No los ha digerido bien, porque todavía está resentido. Se dedica a escupir contra el Barça y su universo en la sala de prensa, despachándose a gusto. Bien, Koeman siempre se queda a gusto. Nos lo dejó bien claro en el banquillo.
El vídeo que está reventando las redes sociales recoge un instante del partido contra los polacos, con el entrenador más preocupado de cuestiones fisiológicas que de las propiamente deportivas. Y todo porque mientras estaba sentado en el banquillo, se sacó un moco. Cuando menos, lo intentó. El residuo orgánico era rebelde, no estaba dispuesto a rendirse a la primera. Todos los intentos por deshacerse de él, incluso los más guarros, eran infructuosos. Todo empieza con el holandés de 61 años realizando la extracción con el dedo y, al verlo en su extremidad, comérselo. Ecs. No acaba aquí el drama, ni mucho menos. El festival antihigiénico continúa.
El moquete no desaparece ni después de deglutirlo, ha ido dejando rastro como los caracoles. Ronald se levanta y empieza a caminar hacia la banda, mientras se limpia con la camiseta. Vuelve a pasar la mano por la nariz, la lame nuevamente. No hay manera. Entonces utiliza la ropa como pañuelo gigante, quedando la barriga al aire mientras intenta poner fin a la pesadilla. Un intento a la desesperada que, parece que sí, le hace cantar victoria. Tres puntos y medio en el casillero de Holanda. A qué precio, eso sí.
Koeman net een lijntje gelegd pic.twitter.com/MRhvzDfw9l
— ket (@rscafrns) June 16, 2024