Rosa López, Rosa de España. Una joven de 20 años que salió de un pequeño pueblo de Granada, Láchar, para convertirse en uno de los personajes más mediáticos de toda España. Rosa se proclamó ganadora del primer 'Operación Triunfo', palabras mayores. Quedó primera por delante de David Bisbal, de Chenoa. De David Bustamante. De gente que sí ha hecho carrera. Carreras auténticas, no simulacros. Porque desgraciadamente su historia es la de aquello que pudo ser pero nunca ha acabado de pasar. Y mira que se lo pusieron en bandeja enviándola a Eurovisión con aquel indescriptible 'Europe is living a celebration', que todavía acabó bastante bien en Tallin en la séptima posición. Porque la fiesta de Rosa no era precisamente de juerga ni jolgorio. Es más bien una historia triste con detalles duros. Sabe mal.

Sí, porque el personaje Rosa era simpático, simple, inocente, con sus particularidades y limitaciones, pero también con un talento impresionante. Innegable. Un chorro de voz brutal. Pero cuando salió a ganarse la vida sin el paraguas de OT, Eurovisiones y demás, empezaba el camino hacia la extinción como artista de futuro. Cuando hablabas de ella era siempre en pasado. Y para acabar de arreglarlo, lo que ofrecía al público no era la bomba. Era del montón. Y de la parte de debajo. Así que Rosa de España pasó a una categoría próxima al juguete roto

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Rosa López ganando el primer Operación Triunfo / RTVE.es

La Barcelona Eurovision Party vibra con Beth Rodergas

Otra cosa no, pero Rosa insiste y trata de reinventarse. De constancia va sobrada. De otras cosas no mucho. O no pasa por su momento vocal más brillante o todo lo contrario: no puede dejar de inventarse notas, la mayoría extrañas, fuera de lugar. Hace días que tenemos constancia de este hecho, pero el acabose se ha producido en Barcelona. La capital de Catalunya acogía la Eurovision Party, la cita que hace vibrar a los fans del concurso musical más famoso. Ya saben que este universo destaca por una capacidad de retentiva brutal, por unos gustos muy concretos conocidos como 'eurovisivos' y por su nostalgia. Añoran cantantes, canciones y momentos de gloria. Por ejemplo, oir a Beth con el 'Dime' de la edición de Riga. No era la canción que la catalana había soñado, pero la defiende muy bien. De hecho es que canta muy bien. Fue una locura. Presten atención:

Rosa López y una actuación desastrosa en Barcelona

Pues bien, después de Beth Rodergas haciendo tándem con Sergio Dalma (nuestro Josep Capdevila) llegaba Rosa. Y el delirio, el desastre, el caos. Una cosa es que los asistentes al concierto fueran fans de Eurovisión, otra es que sean sordos o incluso masoquistas. Se puso las botas desafinando como nunca, parece hasta irreal . Las redes están echando fuego al ser partícipes del declive galopante de la andaluza, que no acierta una nota. Que sí, que le pone ganas. Pero es un quiero y no puedo. La imagen es pésima, como reflejan los comentarios posteriores. No entraría en nuestra playlist particular, seguro. Suban el volumen, pero con moderación.

Rosa López Europarty Barcelona público Betevé
Rosa López en la Barcelona Eurovision Party / Betevé
Europarty Barcelona público Betevé
El público de la Barcelona Eurovision Party, flipando / Betevé

Ay Rosa, qué sufrimiento.