Rosalia está en Catalunya. La artista del Baix Llobregat ha escogido otra comarca para reaparecer en las redes, en un lugar reconocible para los catalanes. Las cinco fotos que ha colgado en su Instagram de 16,3 millones de followers son la mejor campaña de Turismo: Visit Catalonia. No pone la ubicación y ofrece pocas pistas a los que no han estado nunca en este rincón. Pista: es un museo. Estas son las fotos de dentro, muy de Rosalia, que se maquilla llorando lágrimas de sangre. Rosalia pone unos labios en el tuit:
Es el jardín de la casa museo de Dalí en Portlligat, en el Alt Empordà. Una pequeña casa de pescadores que el genio ampurdanés fue ampliando hasta convertirla en un museo todavía más mágico que el de Figueres. Era la casa donde Salvador Dalí pintaba y conserva todos los rincones del pintor. Rosalia se retrata en el jardín, con una piscina en forma de pene y una fuente de figuritas de toreros y flamencas con un sofá de labios rosas y unos neumáticos de Pirelli. La Casa Museo tiene muchos rincones imprescindibles y desde el exterior se ve la bahía de Portlligat desde una colina:
Salvador Dalí eligió este pequeño puerto de pescadores para pintar. Decía que desde allí era el primer español que veía salir el sol. Es el extremo más oriental de la Península Ibérica, en el Cap de Creus. Una visita obligada por todo el mundo que tenga sensibilidad por el arte. Rosalía bebe de Dalí. Su punto alocado, artístico, desacomplejado y autoconsciente de su éxito mundial es daliniano. Rosalia es el Dalí del s.XXI. Solo le falta el bigote. Maravillosa. Surrealiiiiiista.