Por mucho que los fachas españoles se estiren de los pelos, la catalana Rosalia sigue establecida en EE.UU. agrandando su leyenda. Para ser un fraude y "un falso éxito", no le va nada mal: su agenda está llena de citas con los artistas internacionales más importantes. Es toda una celebrity, pero afortunadamente también puede vivir momentos de tranquilidad en tierras norteamericanas, paseando por las calles de ciudades como Nueva York o Miami sin que nadie la estorbe. Probablemente, el hecho de que camine por las calles, un hecho nada habitual en USA, tiene algo que ver. Si fuera en coche, la cosa sería diferente.
En todo caso, Rosalia disfruta de la vida americana alternando la farándula y los premios con la sencillez de un zumo y unas amigas. Una de ellas es más que una amiga: es su hermana Pilar, conocida como Daikyri. Son inseparables, y lo que es más enternecedor: le hace conectar con sus raíces, su cultura, su familia. ¿Y que hay más familiar y de casa que un catalán hablando su lengua? Pues eso es Rosalia, una joven con un talento infinito, la suerte de ser una triunfadora, y los pequeños detalles de alguien que no ha dejado de ser quien era antes de reventar mediáticamente. Las podemos ver guapísimas y escucharlas en fragmentos de vídeo en Instagram, donde oímos palabras catalanas como "dentetes". Si que da, envidia.
De Rosalia todo es aprovechable y bueno. Un referente de la catalanidad muy lejos de casa.