Rosalía ya tiene 31 años. Un aniversario que, después de mucho tiempo, ha vuelto a celebrarlo como soltera. Un estado civil, eso sí, que podría cambiar de forma inminente: los rumores apuntan a una reconciliación con Rauw Alejandro, vuelve a llevar el anillo de compromiso que le regaló el cantante de Puerto Rico. Ahora bien, su ex no se ha dejado ver por París, la ciudad del amor y el destino escogido por la artista para pasar estos días felices. Ha asistido a la Semana de la Moda y a un acto de la cadena de superlujo Christian Dior, coincidiendo con grandes estrellas como Jennifer Lawrence. Después se ha encontrado con sus fans, sus amigos y sus más íntimos, como su hermana Pilar, la Daykiri. Esta no podía faltar, son inseparables.

La celebración de la fecha ha sido marca de la casa. Es decir, natural y sencilla, a pesar de su fama y del escenario. Es auténtica. Ha tenido la deferencia de detenerse con sus seguidores franceses en medio de la calle, e incluso ha compartido el pastel que le han regalado sus colegas. Lo cortó en trozos pequeños, salió del establecimiento y los fue regalando a los allí presentes. Ella es así, y no la cambiarán.

La cantante se ha manifestado eufórica y entusiasta en redes sociales, agradeciendo las muestras de afecto que le están lloviendo: "Gracias por todas las felicitacions de cumple, yo más libra que nunca, Pariselando en la ciudad del amor con mis mejores amigos disfrutando esto de hacerme mayor". Ha recibido regalos en forma de ramos de flores impresionantes, peines de lujo y complementos diversos. Volverá con las maletas cargadas de Francia, sin duda. Y con una sonrisa de oreja a oreja.

Regalos a Rosalía / Instagram
El pastel de Rosalía / Instagram

Rosalía ha correspondido los obsequios con otro pero en dirección inversa. Lo hace ella a todos sus admiradores e incondicionales, recuperando una imagen tierna de infancia durante la celebración de otro cumpleaños en su casa en Sant Esteve Sesrovires. Una instantánea increíble e impactante, pero que lo es todavía más cuando la comparas con la que le hicieron hace pocas horas, con el 31 recién estrenado. Ha pasado mucho tiempo e infinidad de cosas, pero la esencia de Rosi es la misma. Esos ojos cerrados y el gesto de ensoñación son clavados. Solo cambia el envoltorio, mucho más trabajado gracias a su condición de superestrella, la ubicación y la edad de la protagonista. Cada año que pasa mejor, por otra parte, aunque la niña Rosalía es capaz de fundir la piedra más dura. El documento es una joya. Una vintage, de las que tienen un valor más alto.

Rosalía de niña y ahora / Instagram