Rosalía va de fiesta con la misma pasión como canta encima de un escenario. Lo da todo. Cuando está con amigas haciendo twerking o perreando y poniendo billetes en los tangas de unas gogós, no hay quien la gane.
Pero cuando la fiesta no es de noche, sino de tarde, también se lo pasa en grande, como si fuera una niña pequeña en su cumpleaños. Y casi. Quién cumplía años era Stormi, hija de una de sus mejores amiguis de hace poco, Kylie Jenner. La homenajeada soplaba dos velas, y los padres de la criatura decidieron tirar la casa por la ventana. El exceso y la exageración, se quedan cortos para definir lo que le prepararon a la niña. Una fiesta de cumpleaños donde no sólo hubo cuatro globos mal colgados y un pastel. Invitados recibos por un inflable gigante con la cara de la niña, puerta de entrada a un auténtico parque de atracciones: rincones temáticos, una zona Frozen donde construir muñecos de hielo como Olaf, tiendas vendiendo sudaderas y camisetas con la cara de Stormi, photocalls, una máquina de coger peluches con la cara de la pequeña, una atracción de feria de aquellas que vas dando vueltas, madre e hija vestidas igual... El delirio.
En la fiesta había amigas de la niña, y de la madre, aparte de sus hermanas, el clan de las Kardashian al completo, y Rosalía, dándolo todo: