Rosalía es ahora mismo una de las grandes embajadoras que Catalunya tiene en el mundo. La cantante de Sant Esteve Sesrovires ha conseguido llevar el nombre de su pueblo al The New York Times y el crecimiento meteórico de su carrera parece imparable.

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La cantante se ha convertido en todo un fenómeno, también fuera de nuestro país. Rosalía se encuentra estos días en Argentina, a punto de empezar una gira mundial que tiene la casilla de salida en América Latina. La artista saca pecho de catalana, también en Buenos Aires, y protagoniza un momentazo con el corresponsal de TV3, Joan Biosca, ante la prensa argentina: “Como es mi paisano, le hablaré en catalán”. Un pequeño paso que ayuda a normalizar el uso de la lengua. Rosalía, emocionada, responde íntegramente en catalán mientras en la sala de prensa de oyen algunos gestos de aprobación. “Em fa molta il·lusió. Fa dies que no parlo en català i en tinc ganes. Tinc moltes ganes d’anar a Barcelona i presentar l’espectacle a tota la meva gent, al Primavera Sound” (en castellano: "Me hace mucha ilusión. Hace días que no hablo en catalán y tengo ganas. Tengo muchas ganas de ir a Barcelona y presentar el espectáculo a toda mi gente, en el Primavera Sound").

El discurso en catalán de Rosalía, absolutamente normal, no sería noticia si no fuera por la situación de minorización de la lengua y por el desprecio que han sufrido muchos catalanes por expresarse en su idioma. La bronca de Sergio Ramos a Gerard Piqué y a TV3 por hablar catalán en una rueda de prensa, hace unos años, fue muy sonada. El comentario del jugador del Madrid y de la Selección española, despreciando el uso del catalán y diciendo "Háblale en andaluz, que no entiende el castellano", se hizo viral.

Lo mismo le pasó al Major de los Mossos, Josep Lluís Trapero, cuando hacía una rueda de prensa después de los atentados de los 17-A en Barcelona y un periodista le exigía que cambiara de idioma porque no quería oír el catalán. “Bueno, pues molt bé, pues adiós”, le contestó Trapero aquel día. El intolerante, ridiculizado.

Estas situaciones vergonzosas las sufren también los catalanes anti-indepes. Manuel Valls, por ejemplo. Hace unas semanas se manifestó con Vox y el PP en Madrid, contra el diálogo entre el gobierno del Estado y la Generalitat. El candidato de Ciudadanos a la alcaldía de Barcelona respondía en francés a la prensa y una señora le espetaba, con una ignorancia supina: "¡¿Pero qué está hablando, catalán?!.

Rosalía, hablando catalán sin ningún tipo de problema. Sólo faltaría.