Una catalana ha colapsado Madrid. ¡Ja! Su nombre lo conocen prácticamente en todas partes: Rosalia Vila Tobella. Un fenómeno, un ciclón. Un tsunami, incluso. Este, sin embargo, no se lo miran con desconfianza ni desprecio. Todo lo contrario. 15.000 personas llenaron hasta los topes el WiZink Center de la capital del estado para cantar, bailar, disfrutar y emocionarse con la cantante, vestida de blanco con toques rojos. La antítesis (estrictamente hablando de vestuario, no sean malpensados) de sus dos recitales apoteósicos en Barcelona. Había ganas de Rosalia en la meseta, y no sólo entre sus fans más enfervorizados. La cosa iba más allá, llegando a desatar el fenómeno fandom entre las instituciones del estado. Algunas, bien altas. Con Altura. Por ejemplo, todo un ministro del gobierno, que la quiso saludar en persona entre bambalinas, una especie de meet and greed con el que soñaría cualquier fan. Ahora bien, lo que no esperaba el titular de la cartera, José Guirao, fue sentirse, precisamente, como un fan más. Uno 'del montón'.
15.000 personas guardando absoluto silencio cada vez que abría la boca para cantar a capella. Rosalía ha triunfado por dejar volar a su música en libertad, y hoy lo ha demostrado en un directo con el que me ha conjurao y me ha dejao prendá. Menudo espectáculo, bonita... 💜 pic.twitter.com/1CYftm9iwM
— Julia Alvarez (@HHSelectivo) 10 de diciembre de 2019
La escena, captada minutos después de que la de Sant Esteve Sesrovires cerrara el recital con el himno 'Malamente', es el fiel reflejo de dos realidades incontestables. Una, la mencionada fama de la artista, que se traduce en sesiones de besamanos con personajes y personalidades de todo tipo. Muchas de ellas, desconocidas para una joven estrella mundial de la música, que dedica su tiempo a crear y actuar, y no a repasar la lista de VIPS que asisten a sus conciertos y que se mueren por hacerse la foto con ella. La segunda habla, precisamente, del gobierno y del propio ministerio liderado por Guirao, así como de su popularidad entre las primeras espadas de la cultura del estado. Más bien, de la falta de popularidad. A Rosalia le tuvieron que decir que el ministro era eso, un ministro. Seguramente cansada después de darlo todo sobre el escenario, y cumpliendo con los compromisos de saludar a unos y otros, su 'lapsus' y la reacción posterior son tan auténticas como la enormidad de su figura mediática. Reina.
Rosalía no sabe quién es el ministro de Cultura. Nada más que añadir.
— Juan Luis Tena (@juanluistena) 11 de diciembre de 2019
No sabía que teníamos ministro de Cultura 😱
— Abbendys (@Abbendys) 11 de diciembre de 2019
Qué tipo padres llaman a su hijo Ministro de Cultura?????? En fin
— �������������������� (@bieberneverfall) 10 de diciembre de 2019
QUE ME MUERO QUE NO HABÍA VISTO A DOÑA ROSALÍA VILA I TOBELLA SALUDANDO AL MINISTRO DE CULTURA SOCORRO. https://t.co/vie4Gf4vtZ
— Tirant1980���� (@tirant1980) 11 de diciembre de 2019
Rosalía y yo compartimos ministro pic.twitter.com/zhvKmyU4VD
— Sonia TG (@malditapopi) 10 de diciembre de 2019
A Rosalia la conoce todo quisqui, pero al ministro de Cultura le conocen en La Moncloa, y poco más. La cantante número 1 de su país, al menos, ni idea. No es por malmeter, pero no habla demasiado bien de la cartera en cuestión, ni de la huella del gobierno del PSOE. Tampoco es que los ministros tengan que ser estrellas, pero desconocidos... Eso sí: el ministerio lo encontró divertido, y no se ofendió, compartiendo la situación vía redes sociales. Vaya, que se tiene que aprovechar 'el tirón' para ganar popularidad. Incluso en los momentos más comprometidos.