Rosalía y Rauw Alejandro se convertirán pronto en uno de los matrimonios más famosos del panorama musical internacional. Se comprometieron el pasado mes de marzo, y lo supimos gracias al vídeo compartido por la de Sant Esteve Sesrovires, emocionada y llorando con la noticia. Que acabarían pasando por el altar era cuestión de tiempo: su relación, por la que pocos apostaban en un primer momento, se ha demostrado sólida, real, intensa y auténtica. Hubo una primera señal de alarma cuando, ahora hace un año, ella lució un anillo de diamantes durante sus vacaciones. Lo enseñó en un vídeo de TikTok y se montó gorda. Rápidamente borraba el contenido para acabar con el alboroto, pero ponían a todo el mundo sobre la pista. La fruta estaba madurando y solo hacía falta un toque para que cayera del árbol. Cosa que acabó pasando de una manera tan romántica como cómica.
Los cantantes ofrecieron algunos detalles de aquel momento con Ibai Llanos, pero los más jugosos han salido a la luz durante un test para la revista GQ. Un examen de pareja muy íntimo, con preguntas como la talla del sujetador o cómo se imaginan la jubilación. Están compenetradísimos, las aciertan todas. Esta última, por ejemplo, confirma que su romance va para largo: "La jubilación me la imagino contigo y que no tengas que hacer nada. En el campo, juntos, y que haga buen tiempo". Llegado el momento podrán mirar atrás y recordar los inicios de su historia con orgullo: se conocieron en Las Vegas ("tú pensabas que yo era un mujeriego" dice él, "me tocó la lotería" responde ella) y el primer beso fue un 23 de diciembre de 2019 en Madrid. Aunque el clímax fue la forma de pedirle matrimonio, en San Juan y bajo un cielo de mil colores.
Rauw Alejandro en problemas mientras se declara a Rosalía
Fue en Puerto Rico, en la casa de la yaya de Rauw. Rosalía recuerda cada instante con precisión quirúrgica. Ofrece un relato divertido: "Fue de la manera más bonita que me pude haber imaginado. En la parte de arriba de la casa de tu abuela, empezaron fuegos artificiales, se veía todo Puerto Rico. Yo no me lo esperaba... Rauw me dijo "ven, te quiero enseñar un sitio". Yo le seguí de lo más inocente y de golpe empezó a buscar algo". Pero no había manera, "me quedé atrancado", recuerda Rauw. Los nervios del momento estuvieron a punto de estropear la puesta en escena más crucial. Finalmente pudo sacar el anillo, ya arrodillado ante su pareja. Y en aquel momento, Rosalía supo que sí, que le estaba pasando.
Llorando y emocionada, la cantante no se lo podía creer. Muy romántico
"Yo solo pensaba "no me lo puedo creer, no será que me va a dar un anillo". Y entonces me puse a llorar", confiesa mientras ríen con una complicidad total. La escena es peliculera, sí, pero lo tenía que ser. Como sus propias vidas. Una que pasará por Manresa, en la mansión que se han comprado y donde esperan formar una gran familia y envejecer juntos... como estrellas de la canción. Un cuento que de momento es feliz y sin ningún nubarrón a la vista. Y que dure. Se lo merecen. Hay mucho motivos, cada día más.
Felicidades, pareja. Esta sí será la boda del año, y no la de Tamara Falcó.