Rosalía continúa entre nosotros. Está en su casa, en Catalunya. Y la sentimos muy cerca. Vecinos y turistas del Born de Barcelona se la encontraron cara a cara el pasado sábado mientras se dirigía a una cena familiar en un pequeño restaurante de moda, muy célebre entre famosos y gente con una VISA musculosa. Natural, amable, auténtica, sonriente. Feliz y desprendiendo exactamente lo mismo. Tiene este don, la artista de Sant Esteve Sesrovires: proyecta optimismo, luz, energía. Cosas buenas. Sin duda, un factor clave de su éxito abrumador, aparte de un talento descomunal. Todo lo que hace de ella una estrella internacional de primera categoría. Y es nuestra. Un privilegio.

Todo lo expuesto sobre Rosalía, con planes a corto plazo de abrir un negocio en Hospitalet de Llobregat, se ha puesto de manifiesto de forma rotunda durante la visita que ha hecho al Hospital Sant Joan de Déu, uno de los centros de referencia de la salud infantil. La palabra que resume esta jornada es, sencillamente, emoción. Y no impostada. La ilusión de niños y niñas de la planta de oncología, al ver a su cantante favorita cara a cara dándolo absolutamente todo para convertir aquellos instantes en inolvidables, toca la fibra del ser menos impresionable. No es una diva clásica, tampoco una estrella creída y vacía por dentro. Ha revolucionado el hospital, aplicando una inyección de energía positiva que no forma parte del tratamiento convencional de los pacientes.

Rosalía en el hospital / X

Los gestos de la cantante al llegar a cada habitación demuestran que su actitud es encomiable, les hacía sentir únicos. Olvidaban por completo durante unos minutos las penurias e incertidumbres que se han instalado, ojalá de manera transitoria y reversible, en su vida. Abrazos, besos, carcajadas, selfies... incluso se ha tirado encima de un joven, en aquel momento en la cama, como lo haría una hermana mayor en casa. La hermana famosa que ven por la tele, en redes sociales, la que llena estadios y se relaciona con los artistas más conocidos. Rosalía. El vídeo es de lágrima.

Rosalía en el hospital / X

Las reacciones a la secuencia grabada en el Sant Joan de Déu son unánimes: gracias a Rosalía por existir, por ser así y por no cambiar. Incluso el presentador de informativos del 324, Jaume Freixes, ha quedado conmovido. Desde aquí añadimos también un enorme gracias al hospital, por luchar y hacer más agradable la vida de niños y niñas. Y a ellos y ellas, fuerza y vida. ¡Adelante!