Rosalia sigue recorriendo medio mundo con su gira 'Motomami World Tour', un éxito absoluto. Lo hace de una manera bastante particular, como lo hacen algunas grandes estrellas internacionales: en un autocar que parece de ciencia ficción. Una casa con ruedas donde la artista tiene a mano todo lo que necesita para continuar con su carrera triunfal: desde un estudio de grabación en estancias más privadas donde descansar y arreglarse. "Una nave especial", le llama ella. Su parte favorita, por lo que nos ha enseñado en vídeo durante estos días, es la cocina. Allí puede desarrollar su creatividad haciendo bocadillos bien cargaditos y calientes, aparte evidentemente de matar el hambre durante los viajes de una ciudad a otra. Sus sándwiches son una metáfora de su trayectoria: se está comiendo el mundo.
Tanto es así que un diario de prestigio internacional como 'The Washington Post' la ha escogido como una de las 10 artistas más relevantes de este 2022 que encara su recta final. Y su último disco, el mejor. Aunque hace unas semanas algunos vaticinaron el fin de la buenaventura de Rosalia en la gala de los MTV Awards, tardó un puñado de días en chafarles la guitarra durante la gala de los Grammy Latinos. El 'Motomami' es un trabajo histórico, que engancha, que suena en todas partes. Que gusta y sorprende. Y los periodistas musicales del diario de la capital norteamericana lo saben, como lo sabemos a miles de kilómetros de allí. Es indiscutible.
El Washington Post hace una aclaración sobre Rosalia impensable en España
Ahora bien, lo que ha hecho el diario merece una consideración especial por el texto que le han dedicado a la cantante de Sant Esteve Sesrovires. Han hecho una cosa inusual en los medios los españoles: señalar su origen sin trampa. Rosalia es catalana. Con 'C' mayúscula. Parecerá menor, pero hagan un poco de memoria: ¿cuántas veces han leído en los diarios estatales titulares de prensa en el que catalanes que destaquen en cualquier ámbito positivo no sean catalogados inmediatamente como españoles? Al contrario también sirve: si hay un catalán que se hace conocido por alguna fechoría, verán que así se queda. Como catalán o catalana. Vaya, que en Madrid y las españas son mucho de apropiarse de los éxitos del enemigo, mientras que son los primeros en remarcar su procedencia si se trata de meter caña. Pues bien, thank you Washington Post por una cosa tan sencilla como escribir esto: "La artista Catalana de 30 años...".
El españolismo no tiene motivos para la rabieta: si se calman, verán que también salen bien parados
Los elogios del diario son contundentes: "Es la artista pop futurista más excitante desde Missy Elliot". Una parte que los españolistas quizás se hayan perdido, rabiosos con los yankees filocatalanes. Hacen mal, porque los americanos no se olvidan de ellos: destacan las raíces de la tradición flamenca de su música, y que mezcla como nadie con la tecnología y los sonidos del mañana. Flamenca, sí, pero catalana. Esto duele en algún lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, seguro que sí. Estarán 'despechaos'.
El Washington Post saluda a su reina y le pone la corona: la catalana Rosalia.