TVE está triunfando con una brillante idea que ha gustado mucho a sus teleespectadores. Lazos de sangre es la nueva apuesta de la cadena, en la que acercan algunas de las grandes estirpes españolas repasando su historia y hablando con miembros de la familia. El primer episodio lo centraron en los Martínez de Irujo, cautivando gracias a las íntimas confesiones del viudo de la Duquesa de Alba.
Y ahora ha sido el turno de otra figura muy relevante: la mítica Lola Flores. La Faraona es considerada como una de las grandes de la historia musical de España, hablando de su vida y su recuerdo las hijas, la nieta y algunos amigos. Un programa que volvió a ser líder de la franja, consiguiendo un buen 11,6% de la audiencia.
Lolita y Rosario Flores dieron un repaso a los momentos más destacados de su carrera, explicando las dificultades que tuvo para casarse con su padre, el Pescaílla. Y es que el guitarrista, de etnia gitana, hizo enfadar al clan al dejar plantada a su pareja y enamorarse de Lola, teniendo que casarse casi en secreto: "Él salía con Antoñita pero no quería formalizarlo. Es por eso que los gitanos querían matarlo, porque las leyes son otras. Pero él seguía diciendo que no y acabó casándose con mi madre a las 6 de la mañana para que no vinieran y prohibieran la boda".
Un Pescaílla que Rosario califica de "el gitano más moderno del mundo": "Me dejó hacer películas, hacer topless... aunque no le gustara, me dejaba". Lola y su marido eran una de las parejas más mediáticas del momento, recibiendo elogios día sí día también pero protagonizando momentos muy polémicos, especialmente cuando juzgaron a la cantante. Aquí empezó su odio hacia la prensa, multiplicándose las faltas de respeto y la tensión. Siendo el momento más recordado cuando pronunció la clásica "Si me queréis, irse" durante la boda de su hija Lolita, pidiendo que los dejaran tranquilos.
"Nuestra madre era una persona excepcional, más graciosa, más tierna, más abierta... Mucho mejor que mi hermana y yo. Quería que sintiéramos el arte, una medicina muy buena. Y teníamos una casa en la que no existía el miedo, nos lo explicábamos todo. Quizás no somos las mejores cantantes y bailarinas, pero tenemos una energía brutal", explica Rosario.
Siempre que muere alguien tan querido, todo se trastoca. La multitud se volcó al despedir a Lola cuando murió, siendo un golpe muy duro especialmente para la familia. Su hijo Antonio fue uno de los que peor lo pasó, apareciendo muerto sólo diez días después a causa de una sobredosis. Muchos interpretaron que la muerte de la Faraona lo hundió, viéndose incapaz de salir adelante sin ella.
Suicidio o no, la cuestión es que la noticia acabó de hundir a la familia aquel mes de mayo de 1995. Y ahora, 23 años después, las hermanas Floras han querido recordarlo visiblemente emocionadas. Rosario ha explicado cómo actuaron: "Mi hermano ha sido todo para mí, mis entrañas. Es una pena que nos ha quedado a las dos hermanas de por vida. Reuní a mi hermana e hice que todos viviéramos juntos con mi padre, lo que suposo para él una inyección de energía porque vinieron niños nuevos. Yo pospuse la gira americana para estar con él, de hecho".
Unos meses durísimos que sólo pudo soportar gracias al nacimiento de su hija Lola: "Yo siempre digo que me la llevó mi madre desde el cielo, porque yo quería matarme sin mi hermano. Y al cabo de 8 meses quedé embarazada de ella, acabándose mis ganas de destrozarme y maltratarme".
Según Lolita, la muerte del hermano fue lo peor que pudo pasarles: "Después de morir mi madre, mi padre nos llamaba y nos decía que no podía vivir sin él. Le faltaba la luz. La muerte de Antonio fue un drama porque nadie se lo esperaba. Se murió de amor porque uno también muere de eso. El amor es así, incomprensible. Es una pena que nos ha quedado a mi hermana y a mí de por vida".
Una familia rota pero con el recuerdo bien vive de la gran Lola.