'Supervivientes' está haciendo estragos. Algunos de los concursantes del reality están sufriendo de lo lindo en la aventura en Honduras. Especialmente dos de ellos, y que curiosamente comparten una característica: son los forzudos oficiales de la edición. Por una lado, Kiko Matamoros. Por otro, Rubén Sánchez, pareja de Enrique del Pozo. Los músculos, sin embargo, no parecen de mucha ayuda para luchar contra el hambre, las picaduras de los mosquitos, el calor y el frío, etcétera.

Kiko Matamoros es un verdadero ecce homo. Los insectos se han ensañado con él de forma espectacular, pero desde el primer momento quedó claro que no llegaba al concurso en las mejores condiciones físicas. El espectáculo que ofreció nadando a una plataforma justo después de lanzarse del helicóptero fue revelador. Pero todo ha ido empeorando por varios motivos, hasta el punto que ya ha expresado que quizás sería mejor abandonar y volver a casa. ¿El problema? Económico. Marcharse voluntariamente tiene doble castigo: dejar de ingresar su generoso sueldo (es una de las estrellas de la edición), aparte de tener que pagar una multa. Quizás le sale mejor sufrir hasta que lo echen... o que un médico determine que no está en condiciones para continuar.

Kiko Matamoros, masacrado por los mosquitos en 'Supervivientes' / Telecinco

En cuanto a Rubén Sánchez, la historia es otra. El culturista catalán no tiene la experiencia televisiva de otros personajes, y le está pasando factura. Primero porque ha sido apartado por el grupo (y por el mismo Matamoros, que lo detesta), y segundo y más importante porque ha sido el primer expulsado de la edición. Ahora bien, ya saben que la mecánica del reality es como es, y en vez de hacer las maletas y volver a Madrid, lo han dejado solo en otra localización. Allí se lo tiene que hacer todo él solito, y lo lleva muy mal. Tiene una personalidad arisca y extraña, quizás fundamentada en los episodios de abusos que habría sufrido a lo largo de su vida, como explicó Del Pozo en el plató de 'Supervivientes'. Es una olla a presión, y la cosa está a punto de estallar. De hecho, ya ha empezado a reventar. Y las víctimas son los operadores de cámara del programa.

Rubén Sánchez en 'Supervivientes' / Telecinco

Las imágenes son muy explícitas: Rubén no soporta la compañía de las cámaras, ni tampoco las dificultades que tiene que sufrir en el día a día. Furioso, se encara a los trabajadores: "Es que ni la cena. Échate para allí. Déjate de rollos y déjame cenar, joder. Ceno cuando me sale de los cojones. Lo haré todo como me salga de la punta de la polla". Ha olvidado, evidentemente, dónde está y qué está haciendo: un programa de televisión. Está superado por las circunstancias y actúa de forma muy macarra frente a millones de espectadores. Intenta tapar el objetivo de la cámara con lonas, mientras continúa con su ramalazo de agresividad. El programa, perplejo e indignado, enseñó las secuencias, dejándolo por los suelos.

Rubén Sánchez pierde el norte en 'Supervivientes' / Telecinco
Rubén Sánchez pierde el norte en 'Supervivientes' / Telecinco

La cosa no pinta bien: o toman medidas o no sabemos cómo acabará este enfrentamiento. Quizás sería mejor meterlo en el avión y "a otra cosa". Todos saldríamos ganando. Especialmente él.