Eso de las normas durante el confinamiento está dejando retratada, especialmente, a la clase política. Parece un chiste, aunque no hace gracia. Aquellos que gestionan las medidas gubernamentales, o que han tenido responsabilidades máximas en algún momento de su carrera, demuestran poco respeto por la ciudadanía. Eso de dar ejemplo no va con ellos. Ahora le ha tocado a Pablo Iglesias, pillado el domingo en un supermercado de Madrid haciendo la compra sin ninguna protección contra el coronavirus. La cosa no es que Iglesias se proteja a sí mismo, que es su problema. Lo que es indignante es que, con su conducta, ponga en peligro al resto de personas que está a su alrededor. El vicepresidente, además de reincidente en saltarse las normas, tendría que tener más cuidado: por su posición y por tener cerca a Irene Montero, su pareja y ministra, que las ha pasado canutas para superar la Covid-19.

Pablo Iglesias súper @jalatasa

Iglesias ha sido fuertemente criticado, y razones no faltan. Ahora bien, también tiene defensores. Y la de Gabriel Rufián tiene su aquel. El portavoz parlamentario de Esquerra Republicana ha hecho una comparación que escocerá y mucho a una expolítica madrileña que estos días brama contra las fake news, que dice que le hicieron mucho daño: Cristina Cifuentes, pepera y expresidenta de Madrid. Eso sí, hay una noticia que por mucho que intente taparla, le perseguirá toda la vida: robar cremas faciales en un centro comercial. Este es el argumento de Rufián, que dispara con mala leche: "prefiero ver a un político en el súper comprando que robando cremas".

Pablo Iglesias Gabriel Rufián GTRES

Cristina Cifuentes @europapress

La frase de Rufián, aunque no le falte razón, suena a vendetta pura y dura. Y desgraciadamente, no exculpa a Iglesias, que no da precisamente buen ejemplo.