La política española ha vivido estos días una semana grande. Grande, en el sentido del enorme ridículo que se ha vivido en Murcia y Madrid. Esperpento protagonizado en su mayor parte por PP y Ciudadanos. Mociones de censura, convocatorias de elecciones, caretas fuera, puñales volando por los aires, Ana Rosa atizando a Arrimadas en directo.... Ha habido de todo.
La guinda del pastel, el fracaso de la moción de censura de PSOE y Cs que iniciaron dos días antes en Murcia. Giro de guion inesperado con aires de tamayazo, la moción de censura naufragará y no tendrá los votos necesarios para salir adelante. Desde el PP han llegado a un acuerdo con tres de los seis diputados de la formación de Inés Arrimadas en el Parlamento murciano. De esta manera, Fernando López Miras se mantendrá como presidente autonómico.
Terremoto político y reacciones de todo tipo. Veremos qué pasa en el partido naranja. La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, asegura que si se confirma el apoyo de los diputados al PP, "se hace más necesario que nunca la convocatoria de un Comité Ejecutivo". Desde los socialistas, su portavoz en el Congreso, Adriana Lastra, dejando caer que lo que ha pasado en Murcia "no es hacer política, es corromper la política. Esto es la corrupción sistémica del Partido Popular". ¿Y Gabriel Rufián? Finezza en grado máximo al resumir la situación con sólo cinco palabras.
Sarcasmo en modo ON comparando el vodevil murciano con los Borbones. Concretamente, con las chapuceras justificaciones de las dos hermanas del rey Felipe, unas infantas Cristina y Elena que se pusieron la vacuna en los Emiratos Árabes aprovechando una visita a papi Juan Carlos y que lo único que fueron capaces de responder ante la indignación general fue: "Se nos ofreció y accedimos". Chim pum. Y aquí no ha pasado nada".
Rufián ha encontrado que no había mejor manera para definir el esperpento murciano:
Brillante. Está claro que queda mucho mejor, hablando de los diputados de Cs, la frase Se nos ofreció y accedimos que otro hit de la Casa Real española: Lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir.... Llegan a decir eso y no les hubiera creído ni el Tato.