Le faltaron segundos para expresar su alegría: "Iñaki Williams, siempre en mi equipo". Es el tuit de Gabriel Rufián, declarado seguidor del RCD Espanyol, sobre el delantero del Athletic Club que firmó el gol de la victoria del equipo vasco contra el Barça a cuartos de final de la Copa del Rey. La resolución del partido fue cruel con el equipo culé, que no mereció la derrota en el minuto 93, con un gol del jugador de Bilbao con orígenes de Ghana. A Williams muchos le queremos por razones personales. Se lo ha ganado. E incluso se puede entender la alegría del eterno rival azulgrana después de ver al vecino en la lona. Sin embargo, ya puestos a hacer tuits, muchos piensan que podría haber hecho alguna mención sobre cómo trata buena parte de la afición españolista al propio jugador. Eso, en esta ocasión, lo ha obviado.
Iñaki se rebeló contra los cánticos racistas de los aficionados durante el partido que le enfrentó a los 'pericos' hace un par de semanas, y dejaba constancia de su tristeza. No hay que reproducir lo que le dijeron, pero se lo pueden imaginar. Quizás por eso el tuit de Rufián ha recibido reacciones en este sentido. El de Esquerra Republicana ya condenó en su día los insultos xenófobos de los ultras, pero muchos han echado de menos otro recordatorio explícito en este nuevo tuit futbolero. Es lo que tiene la red: memoria. Para lo bueno y para lo malo.
A Williams lo querríamos todos en nuestro equipo. Lo que no queremos son indeseables que insultan por el color de la piel, la orientación sexual, etcétera. Y sí, el éxtasis del fútbol lo compartimos muchos. Pero haría falta más éxtasis con la defensa de la convivencia y el respeto. Este sí que sería el gol de la jornada, de la Copa o del siglo. Lo marcara quien lo marcara, lo celebraríamos todos. O casi todos, ya saben. Zorionak, Athletic e Iñaki.