Cuando la escritora británica J. K. Rowling publicó Harry Potter y la piedra filosofal en 1997 poco se imaginaba que diez años más tarde ya sería una de las mujeres más ricas del planeta. Enseguida se hicieron películas y en 2001 se estrenó la saga en los cines de todo el mundo.
El éxito y el reconocimiento también llegaron de forma muy repentina a los tres actores que dieron vida a los protagonistas del bestseller literario. Daniel Radcliffe, Emma Watson y Rupert Grint, que interpretaron los papeles de Harry Potter, Hermione Granger y Ronald Weasley, se convirtieron en estrellas mundiales de la noche a la mañana. Radcliffe es ahora el tercer joven más rico del Reino Unido, con una fortuna multimillonaria, aunque durante los años de rodaje llegó a ser el niño más rico de todo el mundo.
Pero fama y dinero combinan muy mal con menores de edad. Hay un montón de casos de juguetes rotos en el cine y la televisión. Macaulay Culkin, Drew Barrimore o Marisol son solo algunos ejemplos. Niños que tocaron el cielo con los dedos y después cayeron al peor de los infiernos.
Ahora ha sido uno de los protagonistas de la saga Harry Potter quien ha confesado que lo pasó realmente mal durante sus años de niñez. El actor Rupert Grint, que daba vida al amigo pelirrojo del mago Potter, ha explicado a The Guardian que a partir de la tercera película vivió un auténtico drama. Grint afirma que interpretar el papel de Ron Weasley fue un sueño hecho realidad porque adoraba los libros, pero que la fama, las ruedas de prensa y las alfombras rojas fueron literalmente "un ataque" a sus sentidos.
"Me planteé abandonar. Rodar Harry Potter fue un gran sacrificio: trabajar desde tan joven, durante periodos tan largos...". El actor explica que el trabajo lo estaba consumiendo y que pensaba que aquello no estaba hecho para él. Además denuncia que a medida que se fue haciendo mayor algunas personas intentaron que se viera rodeado por los escándalos. "Pero eso no pasaría. Grabamos la saga en una burbuja en el Reino Unido, lejos de Hollywood, así que no tuvimos ni la oportunidad de probar las drogas o nada que se pareciera".
Grint habla también de la sensación que le quedó al acabar el rodaje de la última escena de la saga. "Dejar Harry Potter fue surrealista, extraño. Me sentí perdido". El artista empezó a interpretar el papel de Ron desde pequeño, hasta la edad adulta. El personaje lo había perseguido toda la vida y dejar de interpretarlo fue una liberación.
Ahora el actor ya tiene 30 años y se plantea tener hijos pronto, pero por su propia experiencia no parece que los niños tengan que seguir los pasos del padre.