El actor catalán del momento es, sin dudas, David Verdaguer. 'Saben aquel', la película sobre el humorista Eugenio, arrasa. Premio Goya, Gaudí, Fotogramas de Plata, y lo más importante: la sentencia del público, que aplaude con las orejas el trabajo de David y de su compañera de reparto, Carolina Yuste. Su momento profesional es dulce como pocos. El personal, sin embargo, tiene otros elementos más tristes y sorprendentes.
El de Malgrat de Mar hace años que comparte su vida con la actriz barcelonesa Maria Rodríguez Soto. Tienen una hija en común, Lupe, de 7 años. Una niña que aterrizó en este mundo de manera cinematográfica, y no es una metáfora. Es literal. David y María protagonizaron 'Los días que vendrán', una cinta sobre el embarazo de la criatura. Todo hacía pensar que la relación entre ellos era idílica, sin obstáculos de importancia ni sustos. Y por eso, las palabras que acaba de pronunciar en el Festival de Málaga han dejado a todo el mundo de piedra. Se han separado. La pareja se ha roto. El final.
David Verdaguer gana el #FotogramasDePlata2023 a Mejor Actor de Cine por su interpretación en la película 'Saben aquell' de David Trueba 🏆✨ ¡Enhorabuena! pic.twitter.com/ub3MUYXQS4
— Fotogramas - Cine (@fotogramas_es) February 26, 2024
La bomba saltaba durante una entrevista con una agencia de prensa, y de manera doblemente inesperada: "Estoy muy feliz y muy contento, encantado de la vida," decía, para después hablar de su niña, a la que dedica los premios. Se deshace: "Para que continúe riéndose y para que cuando tenga miedo no le dure mucho rato. Me quiere mucho, yo también la quiero mucho a ella, es mi persona favorita del mundo. Cuando tenga 12 o 14 igual ya no me quiere tanto". Justo después, catacrack: "Con María todo bien, estamos muy bien los dos con Lupe. Una separación es muy difícil, claro, pero estamos muy bien y muy felices. Separarse y ser de izquierdas es muy jodido, porque quieres hacer las cosas bien y cuesta, pero lo hacemos, lo hemos conseguido y los tres nos queremos mucho, que es lo importante".
La sacudida es notable, pero la naturalidad del David compartiendo un tema tan íntimo es digna de elogio. Los reporteros quisieron intentar profundizar más en el tema, especialmente en uno bien fisgón: si ha rehecho su vida. Un extremo al cual no llega: "No te voy a hablar de eso, pero sí, viva el amor". Es decir, puertas abiertas al futuro, sin olvidar el pasado. El espectáculo de la vida, en todas sus dimensiones, tiene que continuar. Mucha mierda (la frase favorita del gremio) a todos ellos.
