Josep Borrell, por mucho que él se lo piense, no engaña a nadie. Hace tiempo que los ciudadanos, como mínimo los catalanes, le hemos visto el plumero a este personaje que hace patria y bandera no sólo de españolidad, sino también de ser un miserable. Sólo hay que oírlo hablar con unos términos peyorativos y falsos sobre el procés para hacerse una idea. Bueno, sobre el procés y sobre cualquier cosa que sea diferente a su realidad.

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El exministro de Asuntos Exteriores quizás tiene mucho dinero, pero lo que no tiene es un mínimo de vergüenza. Ahora, con la crisis por el coronavirus. Bajo su dirección, resulta que los servicios diplomáticos de la UE, habrían retirado o suavizado un informe sobre la campaña de desinformación sobre el coronavirus por parte de China. ¿Por qué? Porque cedieron a las presiones. Lo dice ni más ni menos que el Financial Times. O el The New York Times. Lo que dicen estos prestigiosos medios lo ha resumido de manera implacable Xavier Sala-i-Martin: un sopapo a Borrell de los que resuenan... La red ha mojado pan: