Tal día como hoy, se cumple un año del crimen que acabó con la vida de Edwin Arrieta, el cirujano colombiano que visitaba a Daniel Sancho durante su estancia en Tailandia. Pocas horas después de morir, la trama daba un giro de 180 cuando, el hijo de Rodolfo Sancho, se declaró culpable de su muerte. Los dos mantenían una extraña amistad que acabó con el peor de los finales, y, aunque Sancho aseguraba que fuera el autor del crimen, más tarde también recalcaba que se había tratado de un accidente y que en ningún momento había sido predeterminado. La noticia de su detención estallaba como una bomba en España por ser el hijo del famoso actor español y desde el día 7 de agosto, cuando el joven entró en prisión preventiva, el caso ha protagonizado todas las tertulias y las portadas para comentar y analizar aquella noche tailandesa que puso fin a la vida del médico colombiano en manos del joven aficionado gastronómico.
Esta misma semana se cumplirá un año del ingreso de Daniel Sancho en el centro penitenciario tailandés, quien actualmente está esperando la sentencia de su caso después de haber celebrado su juicio el pasado 9 de abril. Los posibles pronósticos de este veredicto judicial no son demasiado alentadores, aunque Sancho ha defendido que todo se trató de un simple accidente y que nada fue premeditado, la fiscalía de Koh Samui ha intentado demostrar en el juicio que están ante un caso de asesinato premeditado y eso baraja incluso con la opción de una condena por pena de muerte. El caso siempre ha estado rodeado de diferentes enigmas y frentes abiertos que han mantenido a miles de espectadores enganchados: ¿Cuál era la verdadera relación entre el cirujano y el joven? ¿Por qué hizo aquella extraña compra de supermercado?, y, sobre todo, ¿por qué siempre lo han tratado como un privilegiado?
Desde el día número uno que ingresó en la prisión, la prensa ha expuesto los diferentes privilegios que el joven ha tenido dentro del centro penitenciario, a raíz del dinero que le ingresaba a sus padres, varios periodistas aseguraban que el joven se convertía en el "preso rico" de todo el centro, se especula que Daniel Sancho también pidió tener un colchón con más calidad, aparte también de recibir muchas más llamadas y visitas. Ahora, pocos días antes de publicarse la condena final, el medio online Vanitatis ha destapado un nuevo privilegio que ha dejado a todo el mundo mudo. Parece, pues, que uno de los aspectos que más le han costado de integrarse en el centro ha sido la comida y, por este motivo, a veces le han dado permisos para pedir delivery. Sí, como quien pide un Glovo una noche del viernes.
Según ha detallado el medio online, el hijo de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo está bastante integrado dentro del centro y también con el resto de compañeros de módulo "Está bien y tranquilo, no ha tenido problemas de enfrentamientos con otros presos, hace deporte a diario y ha entablado alguna que otra relación estable con alguno de sus compañeros de módulo a lo largo de estos meses” relatan algunas fuentes a Vanitatis. Básicamente, el único inconveniente que sufría era el de la comida, pero rápido encontró solución: un delivery de hamburguesas. El joven tiene el permiso y privilegio para hacer pedidos de forma habitual, los cuales compartiría ni más ni menos que con algunos de sus compañeros de módulo acusados por delitos realcionats con el narcotráfico y la violencia sexual.
Tic, tac, empieza la cuenta atrás para finalizar con el caso de Daniel Sancho y conocer la sentencia final el próximo 29 de agosto.