Carmen Sevilla fue y será para siempre una de las presentadoras más queridas de España. Historia de la televisión. El pasado 16 de julio cumplió 91 años y sus familiares y amigos más cercanos quisieron arropar a la periodista en un día tan especial. Por este motivo su hijo Augusto Algueró y otros familiares y amigos cercanos, como Moncho Ferrer, acudieron a la Residencia de Aravaca (Madrid), donde la sevillana se encuentra ingresada.
La presentadora se encuentra ingresada en la conocida residencia desde el año 2014. En 2012 empezó a tener algunas pérdidas de memoria, por este motivo abandonó ‘Cine de barrio’, momento en el que le diagnosticaron alzhéimer. Los familiares más cercanos, como su hijo, han atendido a la prensa, como siempre de forma cordial, para explicar cómo se encuentra la periodista.
Augusto Algueró niega que Carmen Sevilla esté mal
Después de pasar un rato con su madre, Augusto abandonó la residencia no sin antes atender a la prensa. El hijo de la actriz ha revelado que Carmen se encuentra realizando ejercicios diarios para fortalecer sus músculos y que "está estable, traquilita, muy cuidada y sin sufrir ningún dolor”. El gran problema de la sevillana es la pérdida de memoria.
Aunque Carmen Sevilla ya no le reconoce, el hijo de la actriz la visita muy a menudo. Para celebrar este día tan especial, Augusto le llevó su pastel favorito y un ramos de flores. Y acudió en compañía del íntimo amigo de su madre, Moncho Ferrer.
"La visito con asiduidad y, en ocasiones, llevo a mis hijos conmigo", reconoce el hijo de la sevillana. En más de una ocasión Augusto ha tenido que desmentir algunas informaciones sobre la delicada salud de su madre. Si no es por la enfermedad que padece, Carmen Sevilla está bien.
Augusto ha hecho unas declaraciones a la revista 'Pronto' donde explica la difícil situación que están viviendo los familiares. "Mi madre está muy tranquila y bien. Desgraciadamente, ya no reconoce a nadie, pero no se le ha ido la sonrisa de la cara", confiesa tras la visita a su madre.
Carmen Sevilla es una persona muy querida en la residencia. Todo el mundo la conoce. A sus compañeras les hace mucha ilusión tenerla. Incluso los sanitarias que la cuidan se unieron a la fiesta. Nos consta que se escucharon canciones.
Augusto está destrozado por ver a su madre en ese estado. Tiene que contener las lágrimas cuando la ve y ni tan siquiera le reconoce. Para ella no, pero para él es muy duro. No obstante, siempre que entra en la habitación de su madre pone una sonrisa de oreja a oreja para hacerla feliz.