'Sálvame' sigue apretando el acelerador contra Antonio David Flores. Es el enemigo número 1 del programa y de la productora 'La Fábrica de la Tele'. Por dos razones principales: por lo que le habría hecho a Rocío Carrasco, su protegida, y por haberles ganado una demanda de 80.000 euros por echarle del espacio. La separación del exguardia civil y su mujer, Olga Moreno, ha provocado una ofensiva total con el objetivo de destruir su escasa reputación. Infiel, mala persona, maltratador, manipulador de sus hijos... le dicen de todo menos guapo. Este 2 de noviembre preparaban una bomba más de su arsenal: Kiko Hernández se desplazaba hasta Málaga para entrevistar a una testigo misteriosa que quería dejar a Flores como un trapo. La cita era en un hotel, donde se tenía que grabar una conversación protegiendo la identidad de la familiar del matrimonio.

Ahora bien, las cosas no han salido ni mucho menos como estaban previstas. La cara de Kiko en la primera conexión indicaba la tensión máxima del momento. El colaborador informaba de que la mujer estaba sufriendo un ataque de nervios porque su entorno íntimo la estaba presionando para desistir de su intención de explicar las intimidades de la pareja. Cosas como Antonio David hacía que Rocío y David Flores insultaran a Rociíto, que nada se movía en aquella casa sin que pasara por el filtro del patriarca, etcétera. Incluso apuntaban que esta había sido la 'garganta profunda' que había puesto a 'Lecturas' sobre la pista de la separación, confirmada hace pocos días por el protagonista.

Kiko Hernández ya veía que la cosa no iba bien / Telecinco

Antonio David y Olga Moreno se separan / Portada Lecturas

Las horas iban pasando y la situación empeoraba. El relato de Hernández, aterrador: "Esta señora está vomitando. Dice 'sacádme de aquí'. Está recibiendo amenazas, lo pasa fatal". En plató, Carlota Corredera se compadecía y hacía un ruego a la dirección del programa, con el catalán David Valldeperas al frente. "Salid de ahí, por favor. Volatilizáos". El problema era que su presencia se había extendido por Málaga y había un montón de fotógrafos, curiosos e incluso policías en el exterior del hotel. Sacarla sin que nadie la reconociera parecía misión imposible. Valldeperas anuncia que tienen un plan. Surrealista, sí, pero que puede funcionar: taparla con una sábana y abandonar el edificio. Un fantasma, temblando y vomitando cada dos por tres, recorriendo los pasillos de la mano del tertuliano con una cámara grabando. De locos.

Carlota Corredera sufriendo por lo que estaba viviendo Kiko Hernández y su testigo secreto / Telecinco

Kiko Hernández pone en marcha el plan de evacuación: tapar a la testigo con un sábana / Telecinco

La escena es pintoresca y escalofriante. Empiezan a taparla mientras sufre una nueva crisis de angustia. Kiko la cubre como puede mientras buscan el ascensor, pero parece no funcionar. Los minutos se hacen interminables. La idea es esta: "Salimos, nos metemos en el coche y nos piramos. Está pasando miedo de verdad a que le hagan daño. Ha vuelto a vomitar, yo también tengo ganas ahora". Finalmente consiguen salir del elevador e ir a un coche que está en la puerta, pero no puede arrancar porque se han dejado atrás a uno de los cámaras en la planta superior. Un desbarajuste. "Es lo más surrealista que he vivido en mi vida", dice Kiko Hernández. No le falta razón. Finalmente Carlota pide cortar la conexión y permitir que la mujer se vaya a casa. Ahora bien, han conseguido un objetivo doble: hacer show y obtener la entrevista que querían.

Kiko Hernández con la testigo muerta de miedo y tapada como un fantasma por los pasillos del hotel / Telecinco

Veremos qué pasa con la conversación, con la mujer y con las represalias de que puedan tomar contra ella. No se la ha visto, pero por la altura que han mostrado en pantalla la pueden reconocer como si tuviera el DNI en la mano. Seguiremos este caso, a medio camino entre la prensa del corazón y el pasaje del terror. Halloween ha llegado a 'Sálvame' con un poco de retraso.