Después de la decepción generalizada por haber dejado a Samantha Gilabert fuera de la final de Operación Triunfo, la de Beniarrés volvió al plató demostrando porque la consideramos reina absoluta de esta edición. La canaria Nia ganó el concurso y el cheque de 100.000€ muy merecidamente, sí, pero la magia de Samantha es despampanante. Por talante, convicciones, desparpajp. Por valentía, talento y superación. Es un 10, se mire por donde se mire. Sale del concurso con dos contratos discográficos y un futuro prometedor como presentadora de televisión. La mejor muestra, lo que hizo con un Roberto Leal emocionado en su adiós oficial al formato.
Samantha sorprendió a Leal cambiándole los papeles para rendirle homenaje. La de Alicante lleva el espectáculo a la sangre y sabe llegar al corazón de los que le rodean. Al corazón, sí, pero también al cerebro. Después de elogiarle por su trayectoria en el talent show y hacerle un regalo en forma de sofá en miniatura, se despedía de él con una declaración de amor convertida en un zasca épico a otro presentador que no les llega ni a la suela de los zapatos: Pablo Motos. "Escúchame. Todos te deseamos lo mejor del mundo. Te lo mereces todo. Tú, tu acento andaluz, tu saber estar y tu artisteo". Booom. Motos en su casa sintiendo en la cara los 5 dedos de la mano de Samantha y miles de espectadores.
Puedes ver el momento haciendo click en la imagen (3h00'00):
'OT' vuelve a la nevera esperando nuevas oportunidades en el futuro. El día que lo recuperen, la apuesta es clara: que cuenten con Samantha.