Tener la mano demasiado larga ha sido uno de los muchos tics machistas que ha arrastrado nuestra sociedad durante décadas. Hombres que hacían tocamientos inadecuados, asquerosos y absolutamente censurables a mujeres, la mayoría a veces contra su voluntad, claro. Ha costado muchísimo si no erradicarlos completamente, al menos sí desterrarlos de la cotidianidad y de la exposición pública en los canales de televisión, y más concretamente en los públicos. Ha habido despidos muy conocidos por conductas como estas. ¿Pero qué pasa cuando se invierten los papeles? ¿Una mujer palpando, magreando, sobando una parte de la anatomía de un hombre? La respuesta es sencilla: nada. 

Más allá de una cuestión de guerra de sexos, de lo que estamos hablando es del ejemplo que se ofrece a la audiencia. Tendría que ser "las manos, quietas," sin pararnos a mirar quién puso la mano encima. Es rancio, casposillo, antiguo. Y feo. Pero es que hacerlo, además, en uno de los programas supuestamente más blancos de TVE, la de todos, es de juzgado de guardia. El problema es que 'Masterchef' cada día es menos blanco. Está virando a un color crudo cutre y caduco. De moderno y actual tiene muy poco. De polémico, a espuertas.

"Las manos quietas" en MasterChef / RTVE

El último episodio del concurso de cocina ha sido el de la despedida de Luismi, uno de los aspirantes que más se ha hecho notar durante la edición. Ha dejado huella entre sus compañeros, pero también entre los miembros del jurado. Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo lo echarán de menos. Pero en el caso de esta última no le ha querido decir adiós sin rendirle un homenaje muy particular. Doble, de hecho: a la persona entera y a su culo en particular. "¿Qué vamos a hacer sin el culito de caramelo? ¡Ay!", le decía mientras lo abrazaba con una mano y con la otra le hacía una exploración de nalgas entera, más propia de una médico que de una cocinera. O más adecuado para una discoteca a las tantas de la madrugada que en un espectáculo televisivo para toda la familia.

Samatha toca el culo a Luismi en 'Masterchef' / RTVE.es

El gesto de despedida de Samantha dejó alucinada a buena parte de la audiencia, que evidentemente se hacen la pregunta del millón. ¿Y si hubiera sido Jordi el que pusiera las manos sobre el culo de una concursante? ¿O Pepe manoseara lo que no toca a una mujer? Este es el interrogante y la crítica que se dispersa a toda velocidad en las redes sociales. Hacemos spoiler: preguntas, muchas. Respuestas, bien pocas. El enfado, sin embargo, es enorme. Luismi, digámoslo todo, estaba encantado de la vida. Pero este no es el problema.

Luismi, su culo y Samantha en 'Masterchef' / RTVE.es
Luismi, encantado de la vida / RTVE.es

Que alguien abra las ventanas de las cocinas de 'Masterchef', porque cada vez se respira peor. Hace falta aire fresco y limpio. No es el humo que sale de sartenes y cazuelas, no. Es el hedor a cerrado, que ahoga.