Es una de las frases más repetidas en los reality shows de Telecinco: "he venido para que el público me conozca". No falla. Cada aspirante a famoso de Mediaset la repite cinco o seis veces al día. La cuestión es: ¿hasta qué punto los tenemos que conocer? La mayoría se lo toma tan seriamente que la avalancha de información no les beneficia nada. ¿Un ejemplo? Sandra Pica, una joven catalana que en pocos meses ya es VIP en la 'cadena amiga': entró en 'La Isla de las Tentaciones', birlándole al novio a otra chica catalana, y ahora forma parte de 'La Casa Fuerte' con este mismo chico, el francés Tom Brusse, un hombre que saldrá en la Wikipedia como definición de mujeriego. Pica empieza a darse cuenta de que su príncipe no es azul y sufre mucho. Si no fuera porque le gusta demasiado la televisión y la fama, lo habría mandado a hacer puñetas hace tiempo. Pero se lo tiene que tragar y la todo es un drama.
Sandra muestra cada día sus inseguridades, contradicciones y razonamientos absurdos, pero ahora también nos ha enseñado partes más íntimas y que no son, precisamente, emocionales. Seguramente ella no quería, claro, pero es lo que tiene participar en según qué pruebas físicas con el vestuario menos adecuado. Tom y Sandra tenían que replicar una escena de 'Mission: Imposible', con el chico colgado del techo con un arnés y cogiendo de los brazos a la chica el máximo tiempo posible. Y lo que fue misión imposible fue contener su anatomía en un traje negro muy corto. Lo avisó desde el principio: "se me saldrá un pecho". No fue el pecho, eso sí: más bien enseñó medio culo y unas bragas blancas que han causado cierto alboroto. Especialmente, por la elección desafortunada de color. Poco estilo. Negro y blanco, mal.
Que nadie se lleve las manos a la cabeza: no se trata del cuerpo, se trata de enseñar que eres un poco 'choni'. Pero claro, eso va en el sueldo.