El exconseller de los gobiernos Puigdemont no ha ocultado nunca su condición sexual. Santi Vila cuelga imágenes con su novio en instagram. Javier Luque es un madrileño discreto que influyó, según confesión del exconseller de Cultura, en su decisión de alejarse de la vía unilateral y saltar del barco de la Generalitat en el último momento. Vila trabaja en Aguas de Banyoles gracias a sus contactos como conseller de Empresa y tiene más tiempo para entrevistas con revistas de culto y fiestas. Como el Sónar de hace pocos días o la de fin de año en Madrid con sólo hombres, como el diputado del PDeCat en el Congreso Sergi Miquel o Alfonso Díez, viudo de la duquesa de Alba. Ahora Santi Vila ha hablado para la revista de temática LGTB Shangay.

 

...Como todos los jóvenes Yo ven en llevarme la vida miedo delante...

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Ha concedido una entrevista después de concertarla así por teléfono: “Cuando escuché a mi secretaria que me llamaban de Shangay, le dije que me pasase, si hubiese sido otro medio habría dicho que no [risas]”. Se afana por aparecer en algún medio pero para este, mejor. Y desvela que ser homosexual le ha ayudado en política a salir del gobierno: “Mi condición de gay ayudó, hay momentos en los que estás tú con tu conciencia, la gente te apoya… pero al final estás solo. Puigdemont me dijo que si dimitía me matarían, pero es como no salir del armario por miedo a decir que eres gay”.

 

¡Tiempo de sónar!

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Más crudo es cuando se defiende de sus detractores: “Cuando vine a Madrid a declarar, los sectores predemocráticos me llamaban golpista y maricón. En el otro extremo, el independentismo es más sofisticado, aunque la malicia es la misma”.  Y una sorpresa sobre su corta estancia en la prisión: "Hay un muy buen amigo gay que es político en activo del PP, y que cuando entré en la cárcel me ofreció dinero para pagar la fianza… Eso es dinamita contra los tópicos”.

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Abre su intimidad: de su matrimonio gay, oficiado por Carles Puigdemont, ni le agradece al exalcalde de Girona el gesto: "No tuvo trascendencia que me casara él, sí que viniera Ana Pastor. Fue uno oasis de pluralismo, y eso que mi matrimonio fue muy desgraciado". Duró poco con un chef brasileño, pero la boda fue un acontecimiento social con invitados como Artur Mas, Ana Pastor, Josep Cuní, Pilar Rahola, Toni Cruanyes u Oriol Nolis".

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Y acaba diciendo que tiene más en común con Javier Maroto, un dirigente del PP casado con otro hombre, que con indepes. Es el titular de la entrevista: "Fíjate que a la hora de definir la identidad, tengo mucho más en común con un gay del PP que con un catalanista acérrimo del Pirineo". Queda claro a qué partido volverá cuando, como dice, "regrese a la política".