Uno de los enfants terribles de los ultras que tanto proliferan últimamente por las Españas es, sin duda Jair Domínguez. El copresentador del Està passant de TV3 no se muerde la lengua ni en el programa de Toni Soler, ni en sus redes sociales ni en El matí de Catalunya Ràdio, donde también colabora. Alza la voz cuando le sale del moño, que acostumbra a ser a menudo, especialmente, si tiene que callar bocas y parar los pies al fascismo. Así que imaginen que estos días, con la irrupción de Vox en el Parlamento de Catalunya, con 11 diputados, después de la ya habitual presencia del partido de Abascal en el Congreso y en los programas de televisión estatales, Domínguez hará de todo menos estar callado. Y bien que hace.
El colaborador catalán no ha dudado en atizar a la ultraderecha desde su cuenta de Twitter durante la campaña, y una vez llegado el día de las elecciones, hizo su análisis particular en el programa de Laura Rosel. En su sección habitual, antes de las 8, donde le dedica los Buenos días a alguien diferente cada mañana, Domínguez ya dejó claro que el de este lunes sería un Buenos días especial, un "Buenos días de mierda" dedicado a los votantes de Vox de los dos pueblos catalanes donde ha ganado la formación de Garriga, Vilamalla, en Girona, y La Pobla de Mafumet, en Tarragona.
Domínguez va más allá y especifica qué le supone la llegada de un partido como Vox en el hemiciclo catalán y como se combate al fascismo. ¿Con urnas? Para Jair, no es suficiente. Esto es un resumen de lo que dijo en Catalunya Ràdio: "Me estremece que un pueblo vecino vote tan fuertemente en favor del fascismo. ¿El pueblo más poligonero del Empordà vota a Vox? Al final resulta que la Catalunya poligonera es neonazi, ¿quien lo iba a decir?. Al fascismo se lo combate en las urnas... Pues se ve que no. Las urnas dan alas al fascismo, ¿que no lo sabíais?. Al fascismo, a los nazis, se lo combate con un puñetazo en la boca. No hay medias tintas, no se negocia con el fascismo. La magia de la democracia: todo el mundo puede votar, incluso, aquellos que están mal de la cabeza".
Quien se ha sentido interpelado ha sido, ni más ni menos, que el líder de la formación. Un Santiago Abascal que ha sacado el caballo a pasear, la estrella de sheriff y que ha entrado en el Saloon de Twitter como aquellos cowboys dejando atrás las puertas batientes. Sólo le ha faltado escupir tabaco en la escupidera. O un puro.
La cabeza visible de Vox se ha subido los pantalones hasta los sobacos y ha vomitado su odio y sus amenazas de portero de discoteca dirigiéndose específicamente a Jair Domínguez:
Se sentará en el banquillo. No tengo ninguna duda. Nos encargaremos de ello. https://t.co/OQM6mPGW6z
— Santiago Abascal �������� (@Santi_ABASCAL) February 16, 2021
Nos morimos por ver la respuesta de Jair. Seguro que no duerme por las noches.