Vox no participará del debate electoral que TVE prepara para la próxima semana con los líderes de los cuatro grandes partidos españoles. La única esperanza del partido de ultraderecha era poder formar parte del que, hasta ayer, preparaba Atresmedia. Pero la JEC no permite que Antena 3 y La Sexta den voz a los de Santiago Abascal, que a día de hoy son extraparlamentarios, si lo hacen en detrimento de otras fuerzas que sí que tienen representación en el Congreso.
El partido de extrema derecha se ha paseado por todos los platós durante la precampaña, y ahora que faltan once días para las elecciones del 28-A, Vox se las tiene que ingeniar para generar polémicas absurdas que les den minutos de televisión. Un ejemplo, el vídeo de Monkey Mountings que el partido de ultraderecha se ha hecho suyo y que pone la cara de Santiago Abascal sustituyendo a la de Russel Crowe en Gladiator. El programa de Ana Rosa, con la presentadora de vacaciones, blanquea la extrema derecha y emite las imágenes patéticas de Abascal en la arena del circo romano, aprovechando un míting de Vox en Mérida.
El gladiador Màáximo-Abascal se enfrenta al emperador Cómodo-Sánchez, que está rodeado del president Quim Torra, Arnaldo Otegi e Íñigo Errejón. Un retrato lamentable de la extrema derecha, que acaba con un discurso incendiario contra la izquierda y los inmigrantes, “que vienen a cambiar los menús de los colegios”, asegura sin un ápice de vergüenza que le haga ruborizarse.
No es la primera vez que Santiago Abascal se apropia de la historia de España para hacer campaña política. En marzo, Vox vistió a su líder con un casco asociado a los tercios de Flandes y de la colonización de América para explicar que estaban a punto para "la Reconquista". Un patinazo importante, ya que las dos etapas históricas están separadas en el tiempo por varios siglos.
Santiago Abascal es un amante de la historia. Quiere ser un romano, se disfraza de los tercios españoles y habla de la Reconquista. Pero la única realidad es que sus ideas son propias del paleolítico.