La crisis humanitaria y migratoria de Ceuta ha sido muy golosa para la ultraderecha española. Los millares de personas que intentaban desesperadas cruzar la frontera han recibido el calificativo de invasión extranjera por esta parroquia: Ana Rosa Quintana lucía símbolos contra los musulmanes durante la tragedia, mientras que otras exaltadas como Cristina Seguí llegaban más lejos con tuits abyectos que no hay ni que reproducir, si no es delante de un juez. Para completar el cuadro, no podía faltar la visita sobre el terreno de su caudillo, Santiago Abascal. El líder de VOX fue a toda prisa a la frontera para perpetrar el enésimo show patriotero de la formación. Saludo a guardias civiles sin respetar ningún protocolo anticovid, manifestaciones incendiarias y, claro, una actitud chulesca contra los medios de comunicación. Sobre todo contra aquellos que no le respondían embelesados con un "sí, bwana". Y el premio fue para el reportero de 'Todo es mentira', Fabián Pérez, que le apretó hasta que perdió los papeles.
Pérez, periodista del programa de Risto Mejide, demostró tenerlos bien puestos. Y a cada afirmación de extremista de Abascal, le respondía con una bofetada. Fue un festival. Abascal sudaba, y no sólo por el calor. Ejemplos: Santiago: "acabo de venir y solo veo gente deambulando ilegalmente sin que nadie les diga nada". Pérez: "¿prestar ayuda humanitaria como hace la Cruz Roja o el Ejército es ser cómplice de la invasión?". O esta: "Sánchez no está haciendo nada". La réplica: "está devolviendo a la gente". La mirada del de VOX mataba. Pero el periodista no soltaba la presa; "¿qué más va a hacer en Ceuta, pasear?", "¿no tenía una sesión de control en el Congreso?". La ira del político se desató: "¿quieres un titular para el programa impresentable que representáis?". El de Cuatro: "Muchas gracias por la descalificación, se define usted solo". El ultra al contraataque: "se define usted cono las tonterías que pregunta todos los días". Al otro lado, un frontón. "¿así trata Vox a la prensa?". Pues sí, e incluso peor: "usted es un activista. ¡Váyase al cuerno!". El tono amenazador lo delata: así tratan a aquellos que no comulgan con su ideario. 'Retratado', que diría Pedrerol.
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Risto Mejide y los colaboradores del programa felicitaban a su reportero, diciendo que se sentían orgullosos. El problema, sin embargo, es que el monstruo lo hemos creado entre todos. También el TEM, presentándolo como un político demócrata del siglo XXI. La realidad es esta.