Pánico en el mundo de la tauromaquia por la crisis del coronavirus. Con el parón obligado de la temporada taurina por el confinamiento, todas las corridas de toros previstas para los próximos meses han sido canceladas. En total, 1.684 encierros que ya no se harán y 1.200 animales que, de momento, no morirán en la plaza. Los toreros ven peligrar su lugar de trabajo y algunos de los más mediáticos empiezan a alzar la voz. Entre ellos, el madrileño Cayetano Rivera, que ha grabado un vídeo para reclamar al Gobierno que les dé dinero.
"El sector taurino está siendo uno de los más afectados por esta situación dramática que estamos viviendo. Y entendemos que será uno de los que más tarde en retomar su actividad", lamenta el matador en las redes sociales. "Es por eso por lo que no podemos olvidarnos de las personas que dependen del mundo del toro para vivir, y de las ayudas que vamos a necesitar". Cayetano reclama más subvenciones para una industria que ya recibe cada año 25 millones de euros de parte del conjunto de las administraciones del Estado. Y esta vez Vox no ha puesto el grito en el cielo, como sí que lo hace cuando actores, directores de cine y productores piden ayudas económicas.
El partido ultraderechista tiene un montón de toreros entre sus simpatizantes. Ortega Cano, Morante de la Puebla... incluso Fran Rivera, hermano del mismo Cayetano, les ha mostrado su apoyo públicamente en alguna ocasión. Los taurinos piden ahora más dinero de los contribuyentes y los de Santiago Abascal callan. Algunos artistas, en cambio, se revuelven y señalan las contradicciones de Vox y los toreros que les apoyan. Como la intérprete canaria Sara Sálamo, conocida por las series de Telecinco B&B, de boca en boca y Brigada Costa del Sol.
"¡Subvencionados, titiriteros, rojos...! Ah, no. Toreros". Vox insulta a artistas y cineastas simplemente porque no les gustan. Los toros en cambio les encantan, pero cuando están muertos en una plaza. El Senado ya los declaró "Patrimonio Cultural de España" hace unos años. Y la ultraderecha española los defiende a capa y espada como símbolo de identidad español. Si exigen subvenciones, Abascal y los suyos no se opondrán.