Los fogones de Masterchef 8 ya están en marcha y, este lunes por la noche, TVE ha dado la bienvenida a los 16 concursantes que participarán en la nueva edición del reality de cocinas. Entre ellos hay una chica andaluza con pasado televisivo: Saray Carrillo, educadora social de Córdoba. "Soy gitana, transexual y cocino de muerte", se presentaba ante sus compañeros y los miembros del jurado que conforman Jordi Cruz, Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera.
La vida de Saray es una historia de superación. Aunque tiene el apoyo de gran parte de su familia, su proceso de transición no ha sido fácil: "No aceptaban mi situación. Es un tema que tampoco quiero tocar mucho, porque me duele. No podía acercarme a mis sobrinos, como si tuviera una enfermedad. Para mí eso es muy doloroso", explicaba visiblemente afectada y sin poder contener el llanto. Todavía hoy sufre el rechazo de uno de sus hermanos, que no quiere saber nada de ella por su condición de trans. "Yo no he elegido esta vida. La transexualidad no se elige. Hay mucha gente que dice: “¿Pero no te puedes quedar siendo un hombre y ser gay?”. Pero es que no soy un hombre gay, soy una mujer".
Aunque ahora prueba suerte en las cocinas de Masterchef, esta no es la primera experiencia televisiva de Saray. Ahora hace tres años, a principios del 2017, participó en otro concurso: Casados a primera vista, el programa de Antena 3 donde dos personas que buscaban pareja se tenían que casar sin conocerse. Entonces todavía no había cambiado su físico, se presentó con el nombre de Jesús Carrillo y su matrimonio con Jesuli terminó en divorcio.
La nueva temporada de Masterchef es de hecho una de las pocas novedades en la parrilla de programación, en un mes de abril fuertemente condicionado por la crisis del coronavirus. Mientras otros programas han tenido que cerrar el chiringuito, como ha sido el caso de Operación Triunfo, el concurso gastronómico puede tirar adelante porque ya está grabado.