La noticia del día llegaba pocos minutos antes de las 10 de la mañana de este jueves 19 de diciembre: el TJUE declara que Junqueras tenía inmunidad como eurodiputado. Por lo tanto, para mantenerlo en prisión preventiva el Supremo tendría que haber pedido un suplicatorio al Parlamento Europeo. La galleta a la justicia española es de las que hacen época. Pilar Rahola, demoledora con el juez Marchena, resumía con diez palabras lo que ha pasado en un país de pandereta que provoca vergüenza a la que sale a pasear por Europa.
Se esperaba con nerviosismo esta noticia, como la hija de Jami Matamala, que reconocía tener un 'nudo en la garganta' antes de la decisión europea. Veremos ahora qué pasa con Junqueras y de rebote, con Puigdemont. Veremos ahora como esconden la cabeza todos aquellos ultras españolistas que iban con la palabra 'justicia' en la boca y que ahora tratarán de justificar penosamente lo que hizo el Supremo. Veremos ahora cómo reaccionan los medios unionistas españoles ante esta decisión del TJUE. Bien, lo veremos... o no. Porque la reacción de las dos heroínas de la televisión matinal antiindepe han pasado, ya no de perfil por la noticia, sino que si algún espectador ha parpadeado o ha ido un momento a la cocina, se lo ha perdido.
La cobertura de la noticia del día ha sido tan asquerosamente poco tratada que no tendría que sorprender. Imaginen el rato que hubieran estado en El programa de Ana Rosa o Espejo público hablando de los sediciosos y malignos indepes si el TJUE hubiera girado la espalda a Junqueras. Pero ha sido al revés. La vergüenza en casa de Griso ha sido doble, porque minutos antes de saberse la decisión, ¿qué han hecho para compensarlo? El ridículo. Invitar por enésima vez a Inés Arrimadas a soltar su habitual bilis: "Junqueras está en prisión por un delito muy grave y este señor es el que va a decidir el gobierno de España. Es una vergüenza".
"Es una vergüenza" clama Arrimadas. Lo que es una vergüenza es el tratamiento de Antena 3 una vez sabida la sentencia: conectar con Javier Nart para analizarla, dejar que sacara espuma por la boca él y el resto de tertulianos, Griso poniendo cara de pocos amigos y a otra cosa mariposa, a hablar de los crímenes de Ana Orantes y Diana Quer. En casa de Quintana, tres cuartos de lo mismo. Se han puesto de perfil dedicando muy pocos minutos a la cuestión, con un Eduardo Inda y una Ana Rosa con cara de asco y pasando rápidamente a cambiar de tema. Pero los espectadores ya les han cogido la matrícula hace tiempo:
Nueva muestra de la doble manera como tienen en las teles estatales de manipular: diciendo falsedades como a menudo, o directamente, silenciar las noticias que no les interesan, como hoy.