Shakira y su frágil paz interior han sufrido una nueva sacudida con la siniestra aparición de un tipo de 56 años, natural de Texas, y que se dedicaba a acosarla por diferentes vías. Miami ha dejado de ser un oasis, desde que el hombre desatara su obsesión contra la cantante colombiana, madre de los hijos de Gerard Piqué. Mensajes perturbadores, envíos e incluso una aparición en persona en la puerta de la mansión de North Bay Road Drive desembocaron en una intervención policial, informados de la situación. La pesadilla ha acabado. O ha disminuido, mejor dicho. Porque el hombre en cuestión sigue provocando cierto pánico.
El juez asignado para este caso ha quedado estremecido con las declaraciones del detenido, Daniel Valtier, y se ha expresado con claridad meridiana. "Estoy preocupado seriamente en este momento, este hombre está delirando". ¿Cómo habrá sido el testimonio del señor para provocar una reacción tan contundente en alguien que, seguramente, ha visto y oído de todo en un tribunal? Pues grave, porque ha impuesto medidas ejemplarizantes: 100.000 dólares de fianza, orden de alejamiento e incluso un cargo por intento de estafa a una compañía de vehículos de alquiler. Todo el paquete para mantenerlo quieto y vigilado. La sensación de todos los que han tratado con él no era ni mucho menos buena. Un mal presagio andante.
"Ella es mi mujer, hablo con ella todo el rato", le aseguró al magistrado, que intentaba hacerlo aterrizar de su fantasía. Pero no había manera. Efectivamente, este hombre vive en un mundo paralelo y potencialmente peligroso. El rastro que ha dejado en las redes sociales no deja ningún tipo de dudas: el pasado mes de noviembre decía "los niños los adoptaré cuando me case con Shakira. Ella quiere ser americana como su padre, y compartir el resto de su vida conmigo. Tendremos un negocio de camiones". Qué miedo por todos ellos. También por Gerard Piqué.
La Justicia ha actuado con enorme celeridad en este caso, proporcionando alivio a una Shakira más que inquieta por la aparición, a finales de noviembre, de esta presencia. Recibía mensajes de un desconocido en Instagram, quien resultó el mismo remitente de botellas de vino, bombones y juguetes para Milan y Sasha. Evidentemente, no estaba bien. Pero se fue animando hasta descontrolarse. Alguien lo tenía que parar antes de lamentar algo grave. Afortunadamente, ha sido así.