Tras unos cuantos días de vorágine provocada por la canción de Shakira con Bizarrap, un éxito arrasador que remacha los clavos del ataúd sentimental de su ex, este miércoles hemos visto a la Shakira más humana que coge el coche para hacer lo que tenga que hacer fuera de su mansión en Esplugues. Podría bajar de revoluciones y dejar de martillear su ex, pero no. Gerard Piqué todavía se tendrá que tragar los ramalazos de furia de la colombiana, expresados de todas las formas posibles. La próxima canción, el 2 de febrero, día del cumpleaños de la cantante. Otras veces a través de una sudadera, bien visible. Incluso las encontramos en los detalles más insignificantes, que ofrecen lecturas sorprendentes. Y no demasiado amistosas.
Ver a Shakira sonriente y bien abrigada conduciendo el vehículo junto a Tonino podría pasar desapercibido, pero resulta complicado cuando hay tantos ojos analizando cada imagen, cada vídeo, cada canción y cada post en redes. Y la escena que se ha visto a lo largo de la mañana en Barcelona no se ha escapado al escrutinio ni a la interpretación. Hay que reconocer que los protagonistas alimentan este fenómeno: ella, en el caso que nos ocupa, colgando brujas mirando a su suegra Montserrat Bernabeu, que lleva muy mal la crueldad con la que a la cantante la trata últimamente, alejándolos emocionalmente de los nietos Milan y Sasha. La bruja negra y fea tiene mensaje esotérico, paranormal: "acallar a quienes difunden habladurías", según una web de brujería. Muy turbio.
Pues bien, Shakira tiene la etiqueta de aficionada a la magia negra colgada en la espalda, convirtiéndose en un objeto muy goloso para los entendidos en la materia. Y el coche de la artista les ha hecho ver luz celestial... o tenebrosa para Piqué, que vuelve a recibir. Resulta que, de las muchas veces que hemos visto a la colombiana al volante, nunca habíamos observado un objeto que cuelga en el interior. Concretamente del espejo del parabrisas, allí donde mucha gente lleva dados gigantes, ambientadores con aroma en pino, fotos de la familia, etcétera. Ella no llevaba nada, o cuando menos lo que lucía durante este último trayecto. ¿Qué había? ¿Y qué significaba? Este es el gran misterio que podemos resolver.
Lo que Shakira lleva colgado es un lagarto reluciente y de dimensiones considerables. Tan considerables que si no fuera nuevo tendríamos que ir al oculista. Al margen de si es bonito o no, o si es un colgante, un llavero o una figurita de Lladró rara, vamos a lo que importa. A nosotros y a Piqué: qué quiere decir este detalle. Y no, Gerard no sale indemne. La web consultada, experta en la materia, asegura que "las lagartijas representan lo perdido". Bingo. Más difuso es lo que continúa: "Representan aquello que quieres recuperar, sin duda alguna indica que has perdido algo, y significa que lo que has perdido será reemplazado por algo mejor". Sí, café para todos, todos contentos. Así aciertas siempre. Aparte del sopapo a Gerard, el reptil también le aporta cosas buenas a su ama; "Buena suerte, abundancia, prosperidad. Según los chamanes trasciende la sabiduría, la plenitud, la resurrección y la continuidad".
Ya vemos al Maestro Joao haciéndole una limpieza de aura, de entorno y de vida a Piqué en 3,2,1... Próximamente en la Kings League. Show must go on.