Shakira ya no está en Barcelona. Volverá, pero solo para acabar de empaquetar todas sus pertenencias y trasladarse a Miami. Los EE.UU. son su futuro inmediato: el suyo y el de sus hijos, Milan y Sasha. Las criaturas son el gran botín que le ha arrebatado a Gerard Piqué; a él y a toda su familia. Los abuelos dejarán de ver a sus nietos: un golpe duro, pero que llevan tiempo asimilando. La cantante se está esforzando en provocar la separación afectiva de los yayos y los niños de 10 y 8 años como venganza. Una comportamiento cuestionable, pero parece que a la colombiana se le permite y perdona todo. Todo vale si se trata de humillar a Piqué, nunca tiene bastante.
Nueva York es el destino de Shakira, donde tiene un compromiso profesional proporcional a su fama mundial. Va a participar en el show de Jimmy Fallon, el programa más top a nivel internacional. Ha ido varias veces, pero esta será todavía más especial: va a promocionar el 'Session#53' con Bizarrap en el mercado norteamericano. Muy extraño sería que no dejara un puñado de bombas contra su ex, hurgando en una herida infinita. El viaje no la ha hecho sola, no: le acompaña su familia. Los niños también, tal y como hemos visto en el aeropuerto de Barcelona esta mañana. Desconocemos si irán de invitados al plató de la NBC en esta ocasión, pero que estuvieran presentes mientras ridiculizan a su padre sería ya para hacérselo mirar. Todo debe tener un límite.
Shakira insiste con la bruja a pesar de largarse a los EE.UU.
Límites que, por lo que demuestra Shakira constantemente, no existen. Es más, cuando piensas que la inflamación, el odio y los ataques bajan de intensidad, todo vuelve a empezar con fuerzas renovadas. Una buena muestra es la regalito que ha dejado en la mansión de Esplugues, que no ha quedado desierta. Se ve que ha cambiado de opinión y ha vuelto a colocar a la famosa bruja fea mirando directamente a los ojos de Montserrat Bernabéu y Joan Piqué, vecinos, abuelos, exsuegros y enemigos. Dicen en Chance que es una nueva, pero no es así. Es la misma. La diferencia son los efectos especiales: el viento que sopla en la capital de Catalunya ha hecho que la bruja se descontrole y parezca todavía más amenazadora. No hay tregua contra los Piqué, ni siquiera habiéndose largado con el tesoro más preciado.
Hacer todo el daño posible, la gran obsesión de la cantante en su guerra contra Gerard Piqué
No tengan ningún tipo de duda: si algo pasa por la cabeza de Shakira en esta etapa vital es encontrar la manera de hacer el máximo daño posible. Este viaje, el preludio a su marcha definitiva, tiene mensajes de hostilidad por doquier. Por mucho que sonría a las cámaras que la retrataban bajando del taxi y caminando por la terminal con los chiquillos, hay más de "dientes, dientes, que es lo que les jode" de la Pantoja que de una alegría real y sin ambigüedades. Está disfrutando de su papel de heroína vengativa, un personaje con el que está ganando millones de euros pringosos de resentimiento.
Hay quien tiene servicio de seguridad y alarmas para proteger su casa. Todos menos Shakira, que con una figura fea comprada en el 'Party Fiesta' ya tiene suficiente. Nadie tiene ganas de entrar en una casa embrujada.