La ruptura entre dos amantes es, por naturaleza, un hecho conflictivo. Siempre hay quien se siente más dolido y, por lo tanto, con ganas de revancha. Y pasa que en estos supuestos no rompes solo con tu pareja, también te deshaces de su mundo, lo escupes con rabia, lo trituras y si hace falta, invocas a demonios y seres maléficos para desearle cosas nada bonitas. Toda esta serie de sentimientos los hemos visto en el comportamiento de Shakira durante los últimos tiempos. Ha ido a saco contra Gerard Piqué, con el hacha e incluso con dos velas negras. Sí, como las de la Bruja Lola.
Recordamos a este personaje televisivo tan peculiar para definir lo que la colombiana hizo en la mansión de Esplugues de Llobregat contra su vecina y exsuegra Montserrat Bernabeu. La madre de Gerard Piqué, como también el padre Joan, se construyeron su casa justo delante de la que durante tanto tiempo ha sido el hogar de la pareja más estimada de Catalunya, de Colombia y de medio mundo. Eran los tiempos dorados del cuento de hadas, que ahora se ha vuelto un serial de despecho, de canciones afiladas cono puñales e incluso de brujas. Magia negra. La que colocó Shakira en el balcón mirando directamente a los ojos de Bernabeu. Ha pasado una buena temporada allí plantada, hasta que un temporal de viento hizo que la retiraran. Por un rato. Después reapareció, amenazadora.
¿Qué pasa con la bruja de Shakira contra la suegra Montserrat?
La cantante se la tiene jurada a la que llamaba "mi suegrita" con afecto. La misma con la que se desahogaba cuando tenía problemas domésticos y de pareja, que incluso luchó por evitar la ruptura. Una aliada que, eso sí, pasó a traidora en un abrir y cerrar de ojos. Que Bernabeu y su marido acogieran a Clara Chía con los brazos abiertos la hirió mucho, por eso los castiga. Y no solo con la mencionada bruja fea enviando mal rollo a todas horas, también con maniobras para alejar a los nietos de los abuelos. Pero claro, la figura esotérica es más llamativa.
La casa de Shakira, a punto de convertirse en un hogar fantasma
Y lo que pasa es que desde hace unos días la bruja ya no está. Se ha desvanecido. Ha dejado de amedrentar a su vecina, a su suegra, a la iaiona. La deja en paz. ¿Por qué? Claramente porque están pasando cosas en el interior de la mansión: están haciendo paquetes y empezando a vaciarla. Se va a Miami, si puede ser el 1 de abril mejor que el 2, y la bruja se va con ella. Ya debe dormir en una maleta, esperando tiempos mejores. No sabemos si Shakira la volverá a colocar en Florida mirando en dirección a Barcelona, un poco como el dedo de Colón. Pero Bernabeu, de momento, respira. El horizonte parece más despejado y sin presencias extrañas.
Un personaje del culebrón ha quedado fuera de circulación. Como en las mejores series. Quién quiere pagar Netflix cuando tienes esto gratis.