Shakira tiene dos caras, la pública y la privada. Como todo el mundo pero con la colombiana todo es en exceso. En las divas el contraste es más chocante. No tiene nada que ver la Shakira glamurosa con la de estar por casa. Ahora, su glamour está disparado. La ex de Piqué se ha reinventado después de la dura separación. Que la hayan dejado por una chica de 24 años, Clara Chía, podría suponer una sacudida en la imagen pública de la cantante y decidió cambiar de estrategia, no parecer herida, pasar al ataque y ser más agresiva. Vive en Miami, capital de la música latinoamericana y no la tranquila Barcelona, hace canciones muy hostiles con su ex y cambia de imagen. Ahora ya no es una madre de familia sino una separada que busca seducir y ser seducida. Se gasta fortunas para estar a la última moda y lucirla en un Instagram que ahora parece una cuenta de Tinder:
Sin venir a cuento, Shakira ha colgado seis fotos ultra sexis, muy profesionales, destinadas a la revista Icon, con una bata y mostrando escote y sujetadores. Como la vecina sexi que sale a bajar la bolsa de la basura y coincide en el ascensor con el del rellano que se queda mirando. Shakira en el ascensor muy engalanada y guapa. La imagen que toda señora de 46 años quiere ofrecer a su escalera de vecinos. Pero la realidad es otra. Shakira no vive en un edificio, como hace Gerard Piqué en la calle Muntaner, sino en una mansión con puerto privado de yates y salida al mar. No tiene vecinos de rellano. El problema es que a veces sale de casa con una bolsa de basura azul en la mano y en look informal. Y allí hay paparazzi para hacer el clic. Shakira, cuando sale de casa con la basura es como todo el mundo, poco glamurosa. Así:
Las imágenes son de Londres, en el Reino Unido donde ha pasado el fin de semana de lujo para ver Lewis Hamilton en la Fórmula 1. En la capital inglesa, en una calle de mala muerte, la diva del pop luce zapas de sola gruesa, un chándal color cutre, unas gafas king size tapando los ojos sin maquillar y cargando dos bolsas|, la de mano y la azul de la basura. Está natural, y horrible en una diva. Es como todo el mundo. Sin estilistas ni Photoshop parece lo que es: una madre separada con dos criaturas, con problemas para mantener la figura, ropa holgada, vestida cómoda y cargada con bolsas de plástico. Una choni,.Y la graban en vídeo:
Shakira Mebarak posee una cara en Instagram y otra a pie de obra. En la red va camino de los 100 millones de followers. Es tan impactante que hace lo mismo que un anónimo: abusar de los filtros.