La historia de Shakira y Gerard Piqué ha capturado la atención del público desde su anunciada separación en junio de 2022. Pero más allá de los titulares sobre el fin de su relación, hay un aspecto que ha suscitado un interés particular: la obsesión de Shakira por Clara Chía, la mujer que ahora comparte la vida con su excompañero sentimental. ¿Qué impulsa esta fijación de la estrella colombiana?
Los comentarios recientes de Shakira, apodando a Piqué como "Voldemort", han arrojado luz sobre la intensidad de sus sentimientos negativos hacia él. Sin embargo, lo que ha capturado la atención de muchos es su actitud hacia Clara Chía, la joven que ahora comparte la vida del futbolista. Desde el principio, Shakira no ha ocultado su desaprobación y celos hacia Chía, a quien ve como una amenaza para su posición como madre de los hijos que comparte con Piqué. Esta rivalidad no solo refleja una lucha interna por aceptar el cambio en la vida de su ex pareja, sino también una sensación de inseguridad sobre su propio valor y atractivo en comparación con el de Chía.
La búsqueda implacable de información: informantes en Barcelona
Ahora bien, a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia tras su mudanza a Miami, Shakira ha demostrado una obsesión desmedida por mantenerse informada sobre la relación de Piqué y Chía. Se dice que la cantante cuenta con informadores en Barcelona, incluyendo amigos cercanos al entorno de Piqué y paparazzis, que le proporcionan información detallada sobre la vida de la pareja. Este afán por conocer cada detalle refleja una necesidad compulsiva de controlar la situación y de entender qué vio Piqué en Chía que no encontraba en ella. Shakira percibe que la catalana no está a su altura, como sugirió en su sesión con Bizarrap, donde mencionó que Piqué había cambiado un Ferrari por un Twingo y un Rolex por un Casio.
Maniobras legales y presión emocional
Pero esta obsesión va más allá de la simple curiosidad. Shakira ha dejado en claro que no permitirá que Chía tenga influencia en la vida de sus hijos. Utilizando las cláusulas del acuerdo de custodia, ha usado parte de la información recopilada para tomar medidas y así poder mantener a sus hijos, Milan y Sasha, alejados de Chía durante las vacaciones con su padre. Además, la artista no ha dudado en expresar su opinión negativa sobre Clara frente a los pequeños, lo que podría afectar su percepción de la joven catalana y su relación con su padre.
En última instancia, la obsesión de Shakira por Clara Chía es un reflejo de sus propios temores e inseguridades. Su lucha por aceptar la realidad de su separación y su necesidad de controlar la situación han llevado a una espiral de celos y resentimiento que amenaza con consumirla. Sin embargo, esta determinación obstinada también muestra la fuerza y la voluntad de Shakira para proteger a sus hijos y preservar su propia felicidad en medio de la tormenta emocional que enfrenta.