La ciudad neoyorquina recibía una de las ceremonias más importantes del mundo de la moda: la Met Gala. Una gala dedicada exclusivamente para lucir los mejores looks siguiendo la temática anunciada, con una alfombra roja extremadamente larga, todas las celebridades internacionales posando ante los paparazzi, con un único objetivo: ser la mejor vestida. Hasta ahora, la lista de invitados es reducía a las VIPs de Hollywood, pero el boom mediático de la gala ha abierto las invitaciones a algunos de los famosos hispanohablantes más top.
Famosas como Penélope Cruz o Rosalía son dos veteranas de la ceremonia, de hecho, pioneras entre las celebridades españolas. Sin embargo, en esta nueva edición, Anna Wintour y el equipo de Vogue han invitado a una de las cantantes más exitosas del momento, parece, pues, que los versos contra su ex, y toda una discografía sobre su ruptura le han traído un pasaporte directo en la Met Gala. Sí, hablamos de Shakira.
La loba de Colombia ha podido pasearse por primera vez en la gala que llevaba como dresscode: The Garden of Time bajo la exposición de 'Sleeping Beauties: Reawakening of Fashion'. Es decir, en resumen, este año la temática estaba englobada en las bellas durmientes, las flores y una especie de romanticismo floral complicado de transmitir en una sola prenda de ropa. Digamos que Shakira no es una crack de las alfombras rojas, de hecho, nunca habían sido su punto fuerte, pero esta nueva etapa le ha hecho revivir una nueva faceta más fashion. Ha maravillado a todo el mundo con un vestido rojo con unas mangas simulando una rosa, ideal para la temática. La red ha alucinado y, aunque probablemente ha estado la vez donde lo hemos visto más elegante, no hemos podido pasar por alto algunos detalles que lo han hecho patinar.
Era su primera vez posando en la pasarela, y, cómo era de esperar, ha tenido algunos errores de principiante. Shakira no consigue nunca deshacerse de su cabellera, y aunque esta vez la podamos ver más congeniada que nunca con el vestido, con tantos volantes y tanto color, sus rizos molestaban un poco. Eso va a gustos, y no podemos negar que estaba espectacular, pero el patinazo grande está justamente con los zapatos. La altura es una de las inseguridades de la cantante, sus 157 cm la hacen recurrir siempre a las plataformas, incluso para la Met Gala. La opción escogida es totalmente inadecuada con el acuerdo del vestido, presumía de sandalia con tacón y una plataforma que le iba pequeña. Sí, sí, los dedos casi le sobresalían del zapato, dando un efecto de dejadez que le arrebataban toda la elegancia de la ocasión.
Pero el asunto no acaba aquí, ella aparecía luciendo vestido ante los focos, y, aunque ya se lo advirtieron, la alfombra roja era muy larga y el photocall infinito. Después de rato atendiendo la prensa se cumplía la peor pesadilla de la cantante: tropezaba en directo con sus sandalias de tacón. Todo quedaba en un susto, sin embargo, le podemos ver en la cara, estaba atemorizada. Suerte que durante toda la gala estuvo mejor acompañada que nunca, durante toda la alfombra tuvo en el lado de Wes Gordon, el director creativo de Carolina Herrera, y después en el afterparty la vemos del brazo con VIPs como Elsa Pataky y Chris Hemsworth, debajo con un segundo look mucho más informal, más estilo Shakira. Un vestido con unos lacitos que intentaban ser coquette y acababan de lo más xonette.
Shakira ya se ha estrenado entre la elegancia de Hollywood, aunque haya estado a un palmo de patinar, lo ha salvado por los pelos, unos errores de principiante que seguro no repetirá.