Shakira ha abierto la caja de los truenos con su último trabajo, 'El Jefe'. Un nuevo tema que sigue hurgando, y facturando, en su ruptura con Gerard Piqué. La cantante colombiana ataca a su exsuegro y acusa al exfutbolista de haber despedido fulminantemente y sin indemnización a la nanny que tenían en la mansión de Esplugues, Lili Melgar. Todo, según la leyenda, porque descubrió la infidelidad con Clara Chía, un secreto que compartiría con la patrona Shak. La canción, una colaboración con los mexicanos Fuerza Regida, dice "para ti esta canción, que no te pagaron la indemnización", una deuda que ha quedado saldada porque Lili ha cobrado un dineral por salir en el videoclip, dicen que un millón de euros. Una historia muy jugosa de ser cierta, pero que es un material delicado, explosivo, sensible. Tanto que le está estallando|reventando en las manos.
Desde el lanzamiento del hit, a Shakira se le acumulan los problemas. Una nueva demanda en los juzgados por fraude a la Hacienda podría ser el más llamativo, pero la letra pequeña tampoco es despreciable. Los testimonios de aquellos que han trabajado con la diva del pop la dejan a parir. Déspota, maleducada, grosera, envidiosa, clasista... No sería la mejor 'jefa', ni mucho menos. En Catalunya la han sufrido: Àlex, modelo y figurante en el videoclip 'Monotonía' grabado en Manresa, ha hablado en Antena 3 en estos términos: "La jornada era de 8 horas y cobré 6 euros y pico la hora, 55 euros. Menos que el SMI. Con los millones de visualizaciones que tuvo nos podría haber pagado más. No nos pagaron ni el transporte a Manresa. Nos dijeron que no podíamos mirar a Shakira a la cara. Otro figurante, el que se choca con ella, tuvo que pactar cómo se iban a chocar a través de un coordinador, no con Shakira. Todo fue muy tenso". El hombre oculta su rostro, teme no volver a trabajar por destapar el auténtico carácter de la del Waka-Waka.
Los fans shakiristas ya habrán comenzado la cruzada contra Àlex, nombre ficticio, por un sencillo silogismo: Si Piqué es catalán y Piqué es malo, este otro catalán también será malo. Lo que pasa es que las voces que denuncian el comportamiento abusivo e indigno de la artista también surgen en ubicaciones mucho más favorables. Por ejemplo, en México. Jenni García, una bailarina de sus espectáculos cuando visita el país azteca, la ha destrozado. Lo hacía en el programa 'La Saga', y lo que relata es fuerte: "Trabajé con ella y a la señora yo no la respeto. Hice doce fechas con ella y no me pagó. Hubiera trabajado con ella sin que me hubieran pagado, pero la forma en la que nos trató a las bailarinas… He trabajado con gente muy exitosa, pero ella ni un gracias, nos volteaba la cara, nos regañó mucho, nos sacó del escenario…"
Hay otro episodio que tiene tela marinera: dejó a dos bailarinas en medio del pasillo prácticamente desnudas porque la estrella quería hacer sus necesidades: "Me sacó de mi camerino, estaba yo en topless, entró a mi baño (porque el baño de la señora se rompió), nos sacaron los de seguridad... ni un gracias, nada. Ni siquiera los de seguridad nos dejaron, les dije "no le vamos a hablar, pero déjenos pasar". Imagínate, mi amiga en tanga y yo tapándome las chichis, y pasaban los de seguridad, pasaban los de la prensa... perdóname. Eso no es respeto."
Para hablar mal de los demás deberías tener la casa muy bien ordenadita. Cosa que, por lo visto, no pasa.