Gerard Piqué y Shakira tardaron meses a firmar un acuerdo amistoso de separación que con el paso del tiempo se ha visto que no tenía nada amistoso: cláusulas secretas, condiciones leoninas para Piqué, dos criaturas que lo abandonan todo, familia, amigos y cultura y una patata caliente: la mansión familiar de Esplugues. Aquel inmueble gigantesco de piedra blanca en la cima de Ciudad Diagonal donde residieron desde el inicio de la relación, donde nacieron Milan y Sasha y donde la colombiana acabó colgando a una bruja en el balcón mirando la casa adyacente de sus suegros. El símbolo de aquel final decadente, la bruja. Toda Catalunya sabe que Montserrat Bernabeu es una eminencia en Medicina, responsable del Instituto Guttmann, referencia mundial en neuro rehabilitación. Pero para Shakira es la suegra, bruja, la que dio apoyo a su hijo Gerard y a Clara Chía. Y le arrebata a los nietos. Piqué no sabía lo que firmaba o si lo sabía firmó por una paz que no destrozara todavía más su familia. De aquellos 12 años de amor, entre el Mundial de Sudáfrica y en el 2022, ya solo queda la casa familiar. El convenio exige que los dos se pongan de acuerdo a la hora de venderla y en tres años sigue deshabitada, como los restos hundidos del Titanic. En venta.
Según el paparazzi enemigo de Piqué Jordi Martín, el mismo a quien la justicia condenó a no acercarse a Clara Chía, acaba de colgar a su canal de Youtube las cifras de la venta de la mansión revelando una nueva guerra entre Shakira y Piqué. La razón por la cual no se ha vendido el inmueble no es solamente con que nadie quiera vivir en la casa donde Shakira y Piqué dejaron de amarse. Es el precio. Shakira lo ha valorado en 12 millones de euros y no quiere rebajar el precio. En cambio, Gerard Piqué, según Jordi Martín, estaría dispuesto a venderla por la mitad, 6 millones de euros y conseguir los 3 millones que le corresponden para destinarlos a otras finalidades, según Martín hacerse otra casa fuera de Barcelona para instalarse con Clara Chía. El tríplex de lujo de Muntaner ya les ha quedado pequeño y quieren más intimidad. Pero Shakira no lo pondrá fácil, se niega a rebajar el precio y va diciendo que Piqué le ofrece "una miseria" por la casa: 3 millones por ella. Es evidente que sus razones no son económicas, la fortuna de Shakira se calcula en 400 millones según Forbes. No le viene de tres. Pero no quiere ceder para no satisfacer a Piqué. El último pulso.
Shakira tiene cierto vínculo emocional con la mansión, ella dirigió las obras de reforma cuando estaba embarazada de Milan. Una prueba que le jugó en contra en su juicio con Hacienda. La foto demostraba que vivía en Barcelona desde antes de nacer el primer hijo. Pero ahora la casa es un estudio de grabación vacío, una piscina con hojas secas y una pista de tenis abandonada. Otro símbolo del mal final de la pareja. Doce millones es una fortuna. Un experto consultado por Jordi Martín confirma que el precio de la casa oscila entre los 6 y los 10 millones: "Lo que están pidiendo es un poco demasiado". Tienen que ponerse de acuerdo en el precio pero Shakira no tiene ninguna prisa, es multimillonaria y no necesita ni 3 ni 6 ni 10. Si no vende es para mostrar que ella es la que decide. Nadie comprará media casa, tienen que venderla entera. Piqué lo tiene mal.
Así se entiende mejor por qué Piqué ha cambiado Shakira por Clara Chía. Enamorarse de una diva tiene unos peajes de por vida.