Shakira, la estrella mundial que ha conquistado escenarios con su inconfundible voz y sus ritmos pegajosos, ha estado en el ojo del huracán durante los últimos años. Desde su mediática separación con Gerard Piqué hasta las acusaciones de fraude fiscal por parte de la Hacienda española, la cantante ha enfrentado una tormenta tras otra.
En una reciente carta revelada por ‘El Mundo’, Shakira desahoga sus frustraciones y reflexiona sobre una década de su vida que pueda parecerle a muchos una historia de éxito, pero que para ella se traduce en una “década financieramente perdida”. Entre conciertos y escándalos, sólo una verdadera ganancia sale de su boca: sus hijos, Milan y Sasha. Pero, ¿qué hay detrás de esas palabras de gratitud y amor? La angustia de un embarazo de alto riesgo que contuvo un peligro inminente debido a una enfermedad silenciosa: la toxoplasmosis.
Toxoplasmosis: El enemigo silencioso que atacó a Shakira
En medio de su exitosa carrera y el aluvión de compromisos profesionales, Shakira recibió una noticia que cambiaría el curso de su embarazo. Los médicos le diagnosticaron toxoplasmosis, una infección causada por el parásito ‘Toxoplasma gondii, que puede tener graves consecuencias para el feto. La situación era delicada, pues la toxoplasmosis es conocida por ser una de las principales causas de complicaciones durante el embarazo, incluyendo malformaciones congénitas y, en el peor de los casos, la muerte fetal.
Este parásito, que se encuentra en alimentos contaminados y productos lácteos no pasteurizados, así como del contacto con las heces de gatos infectados, representa un riesgo particularmente alto para las mujeres embarazadas. Shakira, al igual que muchas otras mujeres en su situación, tuvo que seguir una estricta dieta y tomar precauciones extremas para evitar la progresión de la enfermedad. Su vida, que hasta entonces parecía un cuento de hadas, se vio envuelta en una angustia constante por la salud de Milan.
Los síntomas de la toxoplasmosis son difíciles de detectar y, en muchos casos, pueden pasar desapercibidos. Sin embargo, en mujeres embarazadas, el riesgo es significativo, y la colombiana no fue la excepción. Según fuentes cercanas, Shakira experimentó un embarazo de alto riesgo, en el cual cada semana representaba un desafío y una incertidumbre. Los cuidados especiales y las revisiones médicas eran parte de su rutina diaria, mientras el mundo la observaba sin conocer el drama que vivía en privado.
Resiliencia materna: Shakira y su batalla contra la enfermedad
A pesar del peligro latente, Shakira no se rindió. Con el apoyo de su equipo médico, logró controlar la infección y llevar a término su embarazo. Pero no fue un camino fácil. La artista tuvo que someterse a un tratamiento especializado, que incluía medicamentos como la pirimetamina, utilizado también contra la malaria, y la sulfadiazina, un antibiótico efectivo en estos casos. Estos fármacos, aunque necesarios, implicaban riesgos tanto para ella como para el bebé, haciendo que cada decisión fuera crucial.
Milan nació sano y sin complicaciones mayores. Sin embargo, la situación no terminó con el nacimiento de su primogénito. Shakira, siempre preocupada por la salud de sus hijos, tuvo que seguir bajo supervisión médica para garantizar que su segundo embarazo, el de su hijo Sasha, no sufriera las mismas complicaciones.