Sharon Stone tiene 66 años y la etiqueta de una de las actrices más reconocidas de las últimas décadas. Su gran estallido en 'Instinto Básico', con aquella famosa escena del cruce de piernas, la colocó en la cúspide de la industria de Hollywood. Era el año 1992, tenía 34 y su cuenta corriente empezó a dispararse gracias a contratos millonarios. Según su testimonio en la revista 'The Hollywood Reporter', "18 millones de dólares hasta el año 2001". Una fortuna que, en aquel preciso instante, empezó a desvanecerse.
La actriz de Pensilvania sufrió un grave episodio de salud, víctima de un aneurisma cerebral. Un ictus, una hemorragia que se alargó durante 9 escalofriantes días. Luchó entre la vida y la muerte: los especialistas le daban solo un 1% de posibilidades de supervivencia. No solo lo consiguió, sino que lo hizo sin sufrir efectos secundarios permanentes. Sin embargo, durante 2 años no pudo leer, los sentidos se vieron totalmente alterados, no era ella. La recuperación completa no llegó hasta 7 años después del accidente. La física, claro está. Hay otra, la económica, de la que acaba de ofrecer más detalles, y son fuertes: la estafaron. Todo el dinero desapareció. Ni un céntimo dejaron a la Stone.
A lo largo de la conversación con el periodista de la publiación, Stone confiesa que su entorno de confianza se aprovechó salvajemente de ella, de su enfermedad y de sus ahorros: "Cuando pude volver a acceder a mi cuenta bancaria, todo había desaparecido. Mi nevera, mi teléfono, todo estaba bajo nombres diferentes". Timada. Tocaba empezar de cero, también en el terreno económico. Los papeles que consiguió en algunas producciones cinematográficas y series hicieron que sacara la cabeza del pozo, hasta alcanzar una carga de trabajo lo bastante potente para poder recuperar su modelo de vida, el de una gran estrella. El que se merecía y algunos se encargaron de birlarle.
Sharon, en modo zen activado y muy metida en su papel de artista plástica, relata cuál fue su receta para superar aquel engaño y aquella ruina, una situación por la que han pasado muchos personajes famosos, estafados por sus supuestos fieles en circunstancias de debilidad. "He decidido no aferrarme a mi enfermedad, amargura o ira. Si muerdes la amargura, nunca te abandona. Pero si mantienes la fe, aunque esta fe solo sea tan grande como un grano de mostaza, sobrevivirás. Vivo solo para la felicidad. Tengo un propósito". Enhorabuena, claro que sí.