Daniel Sancho ingresó en la prisión de la isla tailandesa de Koh Samui el pasado 7 de agosto después de ser detenido por el presunto asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta. La primera persona a llegar a la isla para ver en persona al chef madrileño fue Silvia Bronchalo, su madre y expareja del famoso actor Rodolfo Sancho.

Después de que pasaran los diez días protocolarios para evitar contagios de la COVID-19 en régimen de aislamiento, Sancho empezó a poder recibir todas las visitas que las personas del exterior quisieran. Era entonces cuando tenía lugar la primera aparición pública de Bronchalo. La segunda vez hablaría con las cámaras de televisión y agradecería el respeto de los periodistas. Desde entonces, ninguna intervención más, a pesar de seguir visitándolo prácticamente cada día durante las primeras semanas desde que se instaló en el país asiático. Un ritmo de vida que ya no existe. Ni rastro de la exactriz.

Silvia Bronchalo visita la prisión. / EFE

El primero alto en el camino de estas visitas continuadas fue la irrupción del protagonista de Al salir de clase en la isla. Cuando ya hacía casi un mes que el cocinero se encontraba dentro del penal, su padre tomaba, por fin, la decisión de viajar a Tailandia para reencontrarse. Fue entonces que la rutina de la madre se veía paro, en una clarísima demostración de que ella y su ex no se avienen mucho. Entonces, su desaparición de escena tenía más sentido, dado que prefería mantenerse en su residencia temporal para evitar una imagen de los dos progenitores juntos. Poco después se empezarían a descubrir cuestiones de interés, como que Daniel estaba viviendo episodios de nerviosismo muy complicados cuando se encontraba con su madre, o que había confiado toda su defensa al padre. El intérprete abandonó Koh Samui unos días después. Actualmente, sin embargo, el verdadero paradero actual de Silvia Bronchalo es un misterio.

Rodolfo Sancho en Tailandia. / EFE

Podría haber vuelto a España, aunque sea la hipótesis menos probable, ya que algún medio se habría hecho eco del traslado. Y es que, aunque en ningún caso se ha confirmado que siga en Tailandia, tendría más sentido que haya preferido mantenerse allí en unas semanas cruciales para el futuro de su hijo, en el cual la Fiscalía pretende acusar de asesinato premeditado y condenar a la pena de muerte. Si esta es la realidad, todo indicaría que Bronchalo se estaría refugiando, otra vez, en el bungalow tailandés donde reside después de infinitud de cambios de residencia para escapar de la prensa. Escapa también, en esta ocasión, de visitar a su hijo. Quién sabe si por cuestiones de presión mediática, o porque ha habido algún cambio en el régimen de visitas de que no somos conocedores.

En la misma línea se mantiene Rodolfo Sancho desde que volviera a casa. Sus declaraciones ante la prensa no gustaron mucho, y es posible que haya acabado apostando para no formar parte de ningún circo mediático en vista de como de mal cayeron sus comentarios en la opinión pública. No conviene mucho en casos como este, y menos cuando el régimen penitenciario y penal del país donde su hijo será procesado es tan duro, poner más leña el fuego. Atento a qué sucede en Tailandia, con el apoyo de Xènia Tostado, la pareja, y su hija en común, parece que seguirá manteniéndose al margen de la vorágine en la medida del posible.

Rodolfo Sancho llega a Madrid. / EFE

Cada vez queda menos para que comience el juicio contra Daniel Sancho, que se celebrará entre finales de año y principios del 2024. Solo entonces será cuando conozcamos cuál es la resolución final del asunto. Mientras tanto, seguiremos con el otro ojo pendiente de Silvia Bronchalo. Para saber si aparece, o si se ha esfumado definitivamente.