El actor y director Santiago Segura volvió, por enésima vez, a 'Masterchef'. Su paso por la edición de los famosos, en 2018, dejó huella entre el jurado y la productora, convirtiéndolo en una especie de comodín. Ha cubierto todas las ediciones: la suya de celebrities, la de anónimos y la infantil. Es un fijo. Su última aparición fue antológica y deliciosa: pero no por su aportación, ni por las recetas de los aspirantes. No. La gran sorpresa de la noche fue la presencia de sus hijas, Calma, de 13 años, y Sirena, de 8. Ambas son fruto de la relación del cineasta y humorista con María Amaro, su compañera de vida. De todas ellas, hubo una triunfadora total: la pequeña. La sinceridad y desparpajo de la criatura fue despampanante. No sabemos qué quiere ser de mayor, pero tiene traza, madera y formas de estrella. De la comedia, el drama o de lo que se proponga.

Santiago Segura y su pareja, María Amaro / Divinity

Santiago Segura y las hijas, Calma y Sirena, en 'Masterchef' / RTVE.es

Sirena acaparó las miradas y las carcajadas de los espectadores del talent, mientras probaba los platos de la primera prueba de la noche. Las reacciones después de cada cucharada fueron absolutamente insuperables. Una espontaneidad expresada con muecas irreprimibles que hace bueno el dicho de 'con la cara pagaba'. Dejó muy claro que aquellas recetas y sabores no eran los más adecuados para los chiquillos, aunque haciendo un ejercicio de diplomacia titánico, intentaba no hundir definitivamente a los cocineros. "Me gusta... pero es que es muy fuerte para mí. Para los mayores... está bueno". Era demasiado tarde: lo había dicho todo abriendo y cerrando los ojos, alejándose repentinamente de aquello que masticaba, torciendo la boca con sensación de asco... Maravilloso. El padre la miraba entre alucinado y orgullosísimo. Sirena es la miembro del jurado más honesta y necesaria de esta edición.

Sirena, hija de Santiago Segura, haciendo muecas en 'Masterchef' / RTVE.es

Santiago Segura mirando a su hija Sirena en 'Masterchef' / RTVE

Santiago lo tendrá difícil para volver a las cocinas con Jordi Cruz y compañía. Su teléfono seguirá sonando, pero seguro que no le buscan a él. La niña es la verdadera estrella de la casa. Vaya recital.