El reality 'Secret Story' nos ha permitido ver a Sofía Cristo al 100%. Es un espectáculo viviente, capaz de lo mejor y de lo peor, de tocar la fibra sensible a romperle la cara al enemigo. Cuando menos, intentarlo. La hija de la vedette Bárbara Rey y del difunto hombre de circo Ángel Cristo lleva el show en las venas. Es explosiva y excesiva en su vida personal y profesional, como hemos podido comprobar a lo largo de décadas en la prensa rosa y las televisiones. Llevaba unos cuantos años de relativa paz en su vertiente como coach dedicada a ayudar a abandonar las adiciones a las drogas, un calvario que la disc-jockey también ha sufrido y de lo lindo. Pero es de mecha corta y ha acabado pasando lo más previsible. Un estallido, un pedo como una casa. Y a casa que la ha enviado, por cierto.
El ramalazo de ira de Sofía ha llegado días después de helar el corazón de los espectadores (ayer un 14,9% en todo el estado) con una confesión terrible: que sufrió abusos sexuales por parte de un familiar cuando sólo tenía 5 años. Este secreto va ha provocado un terremoto familiar, con la madre Bárbara y el hermano Ángel amenazando de muerte al culpable, y una sincera oleada de solidaridad con la protagonista. En términos de concurso podríamos decir que se había ganado a la audiencia abriéndose de par en par. Pero todo saltó por los aires a la 1:30h de la madrugada de este 29 de septiembre durante una conexión con Carlos Sobera y la enésima discusión con el malo oficial de la edición, el tertuliano de 'Sálvame' Miguel Frigenti.
Frigenti es la piedra en el zapato del 90% de los habitantes de la casa: un incordio. La sensación traspasa la pantalla, haciendo difícil soportar sus estrategias de 'meter caquita' a diestro y siniestro. Además los vídeos que se han hecho públicos del colaborador y su madre insultando horrible y gratuitamente a concursantes de otras ediciones de 'Gran Hermano', plenos de gordofòbia, transfobia y una educación deplorable, hacen que cada día le queden menos apoyos. La lucha era desigual, pero Sofía patinó y mucho llegando a las manos y empujándolo de forma violenta. Una agresión que le ha hecho el juego sucio a Miguel, que se ha quitado a una enemiga de encima.
La organización del programa, con Carlos Sobera al frente, tardó pocos minutos en actuar de forma disciplinaria. Cristo, a la calle. Y con 'recadito' de parte del presentador de Barakaldo: cuando le comunicaban que había traspasado una línea roja, Sofía respondía que "lo sé y por eso me voy". El zasca: "No, no es que te vayas. Es que la organización no tiene más remedio que expulsarte".
LA AGRESIÓN DE SOFÍA CRISTO A MIGUEL FRIGENTI:
LA EXPULSIÓN DE SOFÍA CRISTO:
Algunos dicen que todo era una maniobra de Sofía que, después de semanas cerrada a la jaula, estaba harta pero no quería pagar la penalización para abandonar. Y sabe que el listón de las expulsiones en Telecinco y su tratamiento es relativamente bajo (con excepciones realmente penosas, como la de Carlota Prado). El caso es que nunca lo acabaremos de averiguar, pero ha ofrecido carnaza a la cadena, que de eso se trata. Ya lo podía haber hecho a las diez de la noche para tener más share, habrán pensado en los despachos de Mediaset, viendo que vuelven a perder la guerra contra Antena 3.