Los Suescun-Galdeano son una familia mediática y pintoresca. Sofía es la influencer de éxito y VIP de Telecinco, aunque ahora esté vetada en la cadena. También tenemos a Maite, su madre, un personaje muy peculiar que hace tiempo que no vemos por la pantalla, pero que nos ha regalado un montón de momentos surrealistas. Y en el tercer peldaño tenemos a Cristian, el hermano: un tipo que no acaba de arrancar como estrella en Mediaset, pero que parece haber encontrado su espacio haciendo contenidos para adultos en una conocida aplicación. Los tres han hecho de la exposición pública una lucrativa forma de ganarse la vida, a pesar de que los focos y el interés siempre recae sobre la misma persona: Sofía, la verdadera responsable del éxito de la saga.
La relación familiar entre todos ellos (aparte de la cuarta pata de esta mesa, el novio de Sofía, Kiko Jiménez) ha pasado por diferentes fases: concretamente, dos. O se odian o aman, todo de forma exagerada. Es una auténtica montaña rusa, un culebrón tragicómico. Desde hace algún tiempo parece que estén más unidos, seguramente gracias a que Maite, la madre, ha dejado de marear la perdiz en todo aquello que hacían los hijos. Pero la chispa del conflicto siempre puede volver a saltar en el momento más insospechado. De momento, sin embargo, calma. O algo parecida.
Hablar de tranquilidad en este entorno es complicado, porque como se deben al mundo del espectáculo abusan de la hipérbole, y eso pasa factura. Cualquier situación cotidiana puede tener un desenlace inesperado, grave e irremediable, o así es como lo sienten. Por ejemplo: lo que acaba de vivir Cristian. Un pequeño accidente en la cocina y un corte en un dedo con el fregadero se convierte en un drama que acaba en el hospital y con su hermana preocupadísima en las redes sociales escribiendo esta frase demoledora: "Casi la palma". Hablamos de un dedo, no de la yugular, pero da igual: aquí se juega fuerte. El surrealismo de la historia empieza a tomar forma en la siguiente oración de alarma de Sofía, cuando dice "menos mal que le dio por acercarse al hospital". Sí, fue, pero tarde. Muy tarde. Cristian se presentó en urgencias con el dedo lleno de pus, infectado como una mala cosa. Él, sin embargo, no le había dado importancia al estado lamentable de su extremidad. Lo que realmente le angustiaba era que tenía fiebre. Y claro, automáticamente pensó que se había contagiado con la covid. Nada más lejos de la realidad, por supuesto.
"No sé si le cortaran y se quedará con medio dedo", continuaba Sofía, que debido a la inflamación no sabía que el corte era minúsculo. La infección, sin embargo, sí que era preocupante. Los médicos descartaron el coronavirus y le pusieron antibióticos y una vacuna, la del tétanos. Aun así no estaba tranquila, y pedía opinión a sus seguidores, 1,3 millones para ser exactos: "¿Conocéis algún caso parecido? Le han advertido que le puede dar un infarto... y que vuelva en tres días". Kafkiano. Ahora bien, la realidad puso las cosas en orden: Cristian ha compartido una actualización de su estado y, evidentemente, se encuentra perfectamente y no hay que sufrir innecesariamente. El dedo mejora y la fiebre desaparece. Y del riesgo de infarto, ni rastro. Está claro que son 'hijos' de Telecinco.
'Show must go on' y todas estas cosas. Ya veremos con qué nos sorprenden muy pronto.