Ana Rosa Quintana es tendencia porque ha empezado con mal pie su segunda temporada de TardeAR. Ha perdido de audiencia a pesar de poner toda la carne en el asador: lunes cara a cara con su enemigo VIP Jorge Javier Vázquez y martes entrevista y fichaje del gran protagonista rosa del verano, Álvaro Muñoz Escassi. Los dos días ha sido derrotada por una Sonsoles Ónega sin más exclusivas que la de la infidelidad del marido de la difunta Caritina Goyanes. Ónega es la exempleada que huyó aprovechando que Quintana sufría cáncer aceptando la oferta de Antena 3. La derrota cada tarde, sin excepción. Quintana ya intuye que su tiempo en la TV se está acabando. Esta podría estar su última temporada en antena por edad, hará 69 años, y por audiencia. Le tocaría hacer solo de productora de Unicorn, la empresa de su propiedad que más factura con Telecinco. Pero para dar el paso tiene varios problemas. Uno, su sucesora natural era Sonsoles Ónega. Y dos, Quintana no tiene a nadie que le diga que lo deje.
Su marido Juan Muñoz ha tirado de los contactos de Quintana para posicionarse, como contratar al comisario Villarejo para hacer negocios sucios. Quizás la pueden ayudar a tocar de pies en el suelo sus tres hijos, que se han alejado voluntariamente de los medios. El primogénito es Álvaro Rojo, hijos del director de un digital ultraderechista, Alfonso Rojo. Toda su aportación a la TV fue enchufar a su exmujer como experta a los programas de su madre. Cuando un importante digital publicó una noticia sobre él, Álvaro que es abogado penalista y tiene despacho propio llamó a ese medio para exigir que se retirara la noticia con el argumento qué él "no era famoso". Con el paso de los años, ha acabado aceptando que la fama no depende de la voluntad de cada uno. Su ex, Ana Villarrubia, no ha eliminado las fotos con Álvaro. Tiene 38 años, divorciado sin hijos.
El segundo matrimonio de Ana Rosa con el mencionado hombre de negocios sevillano, Juan Muñoz, hizo que la periodista fuera madre por partida doble, de los gemelos Juan y Jaime que ya tienen 19 años. Están en la universidad, según los rumores una universidad de élite en el extranjero, y ninguno de los dos se ha decantado por seguir los pasos maternos en el Periodismo. "Uno estudia empresariales con analytics y no sé cuántas cosas nuevas y el otro también está por el lado de la empresa" revelando que sus hijos pequeños no serán periodistas pero pueden inspirarse en su faceta como empresaria. Es comunicadora pero sobre todo es directora de su propia productora. Es la jefa.
Quintana no tiene voces discordantes en su empresa ni tampoco en casa. Todos viven de ella. Ana Rosa reconoció que ayuda económicamente a sus hijos, para no decir que los mantiene. Preguntada por su condición de suegra fue más franca que nunca:""Yo estoy encantada con mi suegra, es maravillosa y yo he sido una suegra maravillosa. A mí me va a parecer estupendo lo que hagan mis hijos .Para las que tenéis hijos varones mi consejo con las nueras es: mantended la boca cerrada y el monedero abierto". Como dicen en Cataluña "Ana Rosa és bona si la bossa sona.".