Cada día España se levanta con una noticia sobre corrupción en la Casa Real. En La Sexta han explicado cómo la reina Sofía cobra de una empresa pantalla a Liechtenstein. Y un libro sobre los Servicios de Inteligencia españoles reconoce que España aceptó el chantaje de Bárbara Rey para no publicar vídeos en su casa en la cama con Juan Carlos a cambio de centenares de millones de pesetas y programas en TVE.
Es actualidad y Ya es mediodía de Telecinco es un programa de actualidad. Normal que traten la actualidad. Pero el problema llega porque la presentadora, que no es la directora, Sonsoles Ónega, es amiga íntima de Letizia, hija de un monárquico como Fernando Ónega y discípula de Ana Rosa, muy de derechas.
Este miércoles ha querido, una vez más, vetar las críticas a la Corona.
Sonsoles Ónega se ve obligada por la cadena a abordar el escándalo de Juan Carlos y Bárbara Rey. Lo tiene todo: adulterio, chantaje, dinero público para pagar silencios púbicos... Lo titulan fácil: "Rey contra Rey". Pero ella pretende que no se hable de eso.
Ónega: "Se ha puesto de moda escribir libros hablando mal del rey. Es como criticar a Rocío Jurado. Me parece horrible. Me traéis cada día cosas del rey emérito. ¿Cómo que es la actualidad?
No somos conscientes del daño institucional. La guardia civil estará de acuerdo conmigo. Vamos con el pueblo pero estamos con las instituciones porque si nos las cargamos esto es una dictadura".
Ya empieza a ser demasiado habitual que Ónega riña a los tertulianos, los de la mesa política y ahora también los de la mesa rosa, cuando critican la corrupción de Casa Real. Co-rrup-ción. Según esta "periodista" criticar que el rey robe o pague con dinero público chantajes sexuales es "hacer daño a la institución y propiciar una dictadura". Uf.
Ónega es tan lame-coronas que la audiencia se harta y twitter explota: "vergüenza, parcial, fascista, enferma, facha, cargante, manipuladora, boba, insoportable, mierda de periodismo, inútil, se te va la olla, vete a la mierda".
Ser amiga de Letizia no justifica silenciar, vetar, querer prohibir los debates, libros y opiniones críticos con la Corona. Quien hace el ridículo es Ónega.
Ya es mediodía y ya es hora que se calle ella en lugar de mandar callar.